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Llamamos a todos y a todas no a soñar, sino a algo más simple y definitivo, los llamamos a despertar. - Sup Marcos (1/enero/1999)

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“Porque en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza que este mundo, triste mundo convertido en campo de concentración, contiene otro mundo posible. O sea, que el horror está embarazado de maravilla.” -Eduardo Galeano

jueves, 12 de junio de 2008

... dos poemas compañeros.....

comp@s, van un par de poemas... de esos poemas de amor lucha rebeldía.... ambos los escuche por primera vez en chiapas, con los zapatistas... van los poemas y los audios que escuché entonces.... y así, entonces y ahora, me estremecen a las lágrimas....

comp@s... que su camino esté lleno de bendiciones
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The Seventh

Attila Jozsef


If you set out in this world,
better be born seven times.
Once, in a house on fire,
once, in a freezing flood,
once, in a wild madhouse,
once, in a field of ripe wheat,
once, in an empty cloister,
and once among pigs in a sty.
Six babes crying, not enough:
you yourself must be the seventh.

When you must fight to survive,
let your enemy see seven.
One, away from work on Sunday,
one, starting his work on Monday,
one, who teaches without payment,
one, who learned to swim by drowning,
one, who is the seed of a forest,
and one, whom wild forefathers protect,
but all their tricks are not enough:
you yourself must be the seventh.

If you want to find a woman,
let seven men go for her.
One, who gives his heart for words,
one, who takes care of himself,
one, who claims to be a dreamer,
one, who through her skirt can feel her,
one, who knows the hooks and snaps,
one, who steps upon her scarf.
let them buzz like flies around her.
You yourself must be the seventh.

If you write and can afford it,
let seven men write your poem.
One, who builds a marble village,
one, who was born in his sleep,
one, who charts the sky and knows it,
one, whom words call by his name,
one, who perfected his soul,
one, who dissects living rats.
Two are brave and four are wise;
you yourself must be the seventh.

And if all went as was written,
you will die for seven men.
One, who is rocked and suckled,
one, who grabs a hard young breast,
one, who throws down empty dishes,
one, who helps the poor to win,
one, who works till he goes to pieces,
one, who just stares at the moon.
The world will be your tombstone:
you yourself must be the seventh.





translated from the Hungarian by John Batki
Tomado de: http://wwwwsonneteighteencom.blogspot.com/2007/12/seventh.html


www.Tu.tv
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Sólo queremos ser humanos

les comparto un poema de un poeta guatemalteco llamado Otto Rene Castillo... Luis Cardoza y Aragón escribe acerca de él:

"Otto René Castillo (1936-1967), poeta guerrillero capturado en la Sierra de las Minas con Nora Paiz, su amor, también combatiente, y quemados vivos el 17 de marzo de 1967, durante el gobierno de Méndez Montenegro. De aquel combate según se cuenta sólo salvó la vida el legendario Pablo Monsanto. Vivió 31 años. Dio a su pueblo su canto y su vida. ¿Qué más puede dar un poeta?" (http://www.patriagrande.net/guatemala/otto.htm)

la primera vez que escuché este poema fue en la pequeña cafetería del caracol de Oventik, en el marco de la celebración que el EZLN llevó a cabo por sus 20 y 10 años en 2004. Aquella ocasión un grupo de música popular de la sierra de guerrero la cantó.... aquí el audio que escuché aquella ocasión......

Desde entonces su poesía rebelde y dolorosamente latinoamericana ha acompañado mis pasos... ésta fue la respuesta a la pregunta que ha marcado mi vida... ¿qué estás leyendo?

Va el poema:
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Sólo queremos ser humanos
Aquí no lloró nadie.
Aquí sólo queremos ser humanos,
darle paisaje al ciego,
sonatas a los sordos,
corazón al malvado,
esqueleto al viento,
coágulos al hemofílico
y una patada patronal
y un recuerdo que nos llora el pecho.
Cuando se ha estado debajo de las sábanas viudas.
Cuando se ha visto transitar el hambre en sentido
contrario.
Cuando se ha temblado en el vientre de la madre,
sin conocer aún el aire, la luz, el grito de la muerte.
Cuando eso nos sucede, no lloran los ojos
sino la sangre humana y lastimada.
Aquí no lloró nadie.
Aquí sólo queremos ser humanos.
Recordarle la patria al desterrado
para verlo revolcarse en la nostalgia.
Cargar un pan en una calle de hambrientos
para que se lancen a mordernos hasta el alma,
darle cara de gallina a la miseria
para que la pueda devorar el hambre,
darle sabor de trigo a la saliva sola
y espíritu de leche a la tormenta.
Cuando se ha nacido entre pañales rotos
y cuando se ha nacido sin pañales.
Cuando nos han limpiado pulcramente el aparato
digestivo.
Cuando se nos dice, comed,
comed vuestra miseria, desgraciados.
Cuando eso acontece, no es llanto el que destilan las
pupilas
es una simple costumbre de exprimir los puños en los
ojos
y decir: aquí no lloró nadie,
aquí sólo queremos ser humanos
comer, reír, enamorarse, vivir,
vivir la vida y no morirla.
¡Aquí no lloró nadie!
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Si quieres leer más poesía de Otto Rene da click aquí

miércoles, 11 de junio de 2008

...más de la crisis alimentaria...

comp@s, van unos videos acerca de la crisis alimentaria... el primero está basado en el ensayo "el negocio de matar de hambre"de la ong GRAIN... si les interesa leer el documento completo lo pueden descargar aquí



en este otro video, vandana shiva habla acerca de la crisis alimentaria actual....

martes, 3 de junio de 2008

Seguridad alimentaria: abajo y a la izquierda

Raúl Zibechi, La Jornada 23 de mayo de 2008

Seguridad alimentaria: abajo y a la izquierda

La crisis alimentaria en curso es uno de los mayores desafíos que enfrentan los pobres del mundo, ya que pone a prueba tanto sus movimientos sociales y políticos como sus formas de sobrevivencia. Como se ha escrito en las últimas semanas, la feroz especulación con las commodities es muestra palpable de la decadencia del capitalismo, que ya sólo puede sobrevivir con base en la “acumulación por desposesión”. Si el neoliberalismo es la guerra para apropiarse de los recursos naturales o bienes comunes, la actual especulación con alimentos puede comprenderse como una guerra contra la vida (de los pobres), una guerra biopolítica por el dominio de los cuerpos.

Aunque los análisis más serios con que contamos aciertan en las causas del alza de precios de los alimentos, no atinan sin embargo a la hora de proponer soluciones. Éstas no vendrán de arriba. Un reciente artículo de Aníbal Quijano (“Descolonialidad del poder: el horizonte alternativo”) señala que “el capitalismo colonial/moderno ya no produce ni producirá más empleo, salvo ‘precarizado’ y ‘flexibilizado’, ni más servicios públicos, ni más libertades civiles”. Las alternativas no vendrán, por lo tanto, ni de los estados ni de las instituciones y organismos internacionales, cuyas acciones, a menudo espectaculares y mediáticas, apenas ponen parches a situaciones puntuales pero nunca abordan soluciones de fondo.

Para eso sería necesario, en primer lugar, dejar de considerar a los alimentos como commodities, o sea como valores de cambio al servicio de la acumulación de capital. Pero no existen instituciones capaces de hacerlo, ya que se topan necesariamente con las multinacionales y los gobiernos que las apoyan, entre ellas, claro, los llamados “progresistas” del cono sur de Sudamérica. La seguridad alimentaria que reclaman los pueblos, aparece en algunas prácticas de los de abajo, como los Sin Tierra de Brasil y el neozapatismo de Chiapas, en línea con la experiencia de millones de campesinos e indígenas que siguen cultivando sus parcelas, diversas y heterogéneas. Para hacerlo resisten el avance de los monocultivos y el militarismo, dos caras de un mismo proceso.

En las grandes ciudades, donde vive la mayor parte de la población de nuestro continente, también avanzan alternativas a la crisis de los alimentos. En las periferias de muchas ciudades latinoamericanas abundan las huertas comunitarias y los cultivos de alimentos, familiares o colectivos, que serán el camino a seguir por millones de pobres urbanos a medida que se profundice lo que una vecina de Ciudad Bolívar, suburbio de Bogotá, define como “guerra mundial por la comida”.

En uno de los barrios de esa gigantesca periferia urbana, llamado Potosí, rodeado de cerros donde los paramilitares dictan su ley, unos 15 mil habitantes inventan formas de agricultura urbana. En sólo cinco años han puesto en pie decenas de huertas en la escuela-comunidad Cerros del Sur, epicentro del movimiento, en los terrenos baldíos del barrio, en las propias viviendas y en las azoteas. La mayor funciona en el jardín infantil, donde los vecinos se turnan en minga (trabajo comunitario rotativo) para producir alimentos orgánicos que se vuelcan en el restaurante comunitario, donde 400 niños eluden la desnutrición.

Los cultivos forman parte de un proyecto de bioseguridad alimentaria que incluye también un mercado, inaugurado hace poco tiempo, donde los campesinos acuden a vender directamente a los vecinos, sin pasar por los intermediarios. El mercado quincenal es la forma visible de la alianza rural-urbana, entre pequeños campesinos y productores y consumidores urbanos, pero es también un espacio donde los pobres se relacionan entre sí, instalan ollas comunitarias, bailan y cantan. Una imagen de mercado similar a la que nos legó Fernand Braudel: el espacio de la vida económica, transparente, de competencia controlada, el terreno de la gente común y, por tanto, de beneficios exiguos. Este tipo de mercado ha sido literalmente aplastado por el capitalismo, donde los monopolios sustituyen la comunicación horizontal por el control vertical.

Uno de los mayores éxitos de las huertas de Potosí son los cultivos de quinua, cereal andino altamente nutritivo que complementa la dieta popular. Los vecinos se autoabastecen de quinua y crearon la Corporación Comunitaria Delicias del Sur, que cosecha, envasa y comercializa el producto. El mercado, situado en la plaza del barrio, es escenario de canjes de semillas y de “rondas populares de negocios” en las que se establecen acuerdos entre productores y consumidores populares, entre ellos los comedores comunitarios de Ciudad Bolívar. Uno de los acuerdos es potenciar el trueque, haciendo que cada productor destine 5 por ciento de su producción al intercambio sin moneda, para que todos puedan tener acceso a otros alimentos y productos.

La seguridad alimentaria forma parte de un proceso de construcción de poder desde abajo. No es apenas una cuestión técnica o de difusión de saberes, como pretenden las ONG. Por eso en Potosí han creado un consejo comunal electivo y cuentan con decenas de coordinadoras de cuadra que velan por la consolidación de la comunidad. Son espacios donde se toman las decisiones del día a día y las que afectan a la comunidad a largo plazo. Esa construcción de poder les ha permitido potenciar la producción de valores de uso, antes confinados al espacio doméstico, hasta convertirse en uno de los modos hegemónicos de producción en el barrio.

Puede replicarse, con razón, que se trata de experiencias locales que difícilmente pueden resolver problemas tan graves y vastos como la crisis alimentaria. Sin embargo, conviene no olvidar que las grandes transformaciones, como señaló el subcomandante Marcos en el Coloquio Aubry en diciembre pasado, “no comienzan arriba ni con hechos monumentales y épicos, sino con movimientos pequeños en su forma y que aparecen como irrelevantes para el político y el analista de arriba”.

domingo, 1 de junio de 2008

El dominio enloquece al mundo: Galeano

El dominio enloquece al mundo: Galeano

En Espejos: una historia casi universal, el escritor narra 600 relatos “sin límites, sin fronteras”

Armando G. Tejeda (Corresponsal) La Jornada, 30 de mayo de 2008

El escritor uruguayo Eduardo Galeano durante una entrevista con este diario, en 2000

Madrid, 29 de mayo. A sus 63 años, Eduardo Galeano se dedica a diario a intentar resolver el mayor desafío del lenguaje, sabedor de que eso es “imposible”: utilizar en sus textos únicamente las palabras que sean mejores que el silencio.

Desde esa voluntad de depuración del idioma, el escritor uruguayo escribió su libro más reciente, Espejos: una historia casi universal (Siglo XXI), en el cual mediante 600 historias breves ofrece un panorama inquietante sobre el devenir del mundo y la historia de la humanidad.

En entrevista con La Jornada, Galeano levanta la voz ante el “sistema mundial de dominio que nos está llevando a todos al matadero o al manicomio”.

Ante el empecinamiento del ser humano por “mutilar” el arco iris terrestre con “el racismo, el machismo, el elitismo y el militarismo”.

Todos somos africanos emigrados

–Da la impresión de que con este libro se ha vaciado, ha volcado el conocimiento, las lecturas y los aprendizajes acumulados a lo largo de su vida.

–Creo que sí. La idea era reunir en un solo libro estas 600 historias o relatos que viajan por el mundo y por el tiempo sin límites, sin fronteras.

“Y van y vienen por el mapa del mundo y por el del tiempo. Y sí que recogen una experiencia de toda la vida, muchas lecturas y muchas preguntas.

“Sobre todo recoge las preguntas que yo me he ido formulando a lo largo de mi propia vida.

“Desde que era chiquito e iba a la escuela y la maestra me decía que el vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio los dos océanos desde una cumbre de Panamá. Y yo levantaba la mano y le decía: ‘Señorita, señorita, entonces los que vivían ahí eran ciegos’. Y ella me echaba de la clase por insolente.

“Y las preguntas que después me fui formulando, que se fueron quedando y esperando respuestas que fueran a su vez nuevas preguntas.

“Por ejemplo, otra que abre el libro, cuando pregunto que si Adán y Eva eran negros, porque si el viaje humano empezó en África, desde ahí partieron nuestros abuelos a la conquista del planeta y el Sol fue el que hizo el reparto de todos los colores, pues somos todos africanos y somos todos emigrados.

“Es bueno recordar ahora que todos somos africanos emigrados, ante tanta demonización que hay de la emigración como si fuera un crimen.

“Pero sí, también es un libro de las preguntas incómodas. Yo siempre digo que una buena respuesta es una fuente de nuevas preguntas, así que el libro está escrito por un preguntón, por un curioso, que quiere despertar curiosidad en quien lo lee.”

–Esas 600 historias, contadas así, de manera aparentemente inconexa, ¿es porque también pretendía llamar la atención ante la anarquía que hay en el mundo y en la historia de la propia humanidad?

–Sí, pero que están atadas por hilos invisibles que hacen que esa aparente desconexión no sea más que una expresión de la diversidad de la vida humana, de la historia y de la presencia dominante en esa diversidad de los negados por la historia oficial. Que es una historia que sacrificó, que mutiló el arco iris terrestre.

“Siempre digo que el arco iris terrestre tiene más colores que el celeste. Es mucho más bello, más fulgurante, pero ha sido mutilado por el racismo, el machismo, el elitismo, el militarismo… Entonces no somos capaces de vernos en toda nuestra plenitud asombrosa, en toda nuestra prodigiosa capacidad de hermosura.

“El libro rinde homenaje a la diversidad humana y a la diversidad de la naturaleza, de la que también formamos parte.

“Entonces en apariencia puede parecer inconexo, pero cuando uno se mete a leerlo está armado de tal manera que hay muchísimo trabajo detrás. Es como un río que corre a veces por debajo de la tierra, otras por arriba, pero que nunca deja de correr. Es un solo flujo de un río de muchos ríos.”

Discípulo de Juan Rulfo

–Como una sinfonía.

–La literatura y la música se parecen mucho. Por eso es bueno leer en voz alta. Cuando uno escribe, cuando uno termina un texto se lee en voz alta porque esa lectura te da la música de las palabras. Y la música manda. Tiene que haber una continuidad de la música.

–Después de tantos libros y, sobre todo, aprendizajes, ¿cree que ha llegado al máximo de depuración de su propio lenguaje literario?

–Creo que sí. El lenguaje que yo utilizo no quiero que se vea, pero cada uno de estos relatos ha tenido 15 o 20 tentativas. Como decía un escritor chileno cuando reditaba sus cuentos: edición corregida y disminuida. Yo también los voy disminuyendo, en un trabajo de quitar la grasa para que sólo quede la carne y el hueso de lo que se quiere contar. Es un trabajo de desnudamiento y purificación del lenguaje.

–Un lenguaje poco frecuente en las letras latinoamericanas, en ocasiones demasiado tendentes a la verborrea, ¿no le parece?

–Puede ser, pero yo no creo que la literatura latinoamericana deba ser esto o lo otro, porque lo mejor que tiene esta región nuestra es que es tan diversa. O sea que contiene todos los colores, los olores, los sabores del mundo.

“Si lo mejor que el mundo tiene está en la cantidad de mundos que el mundo contiene, pocas regiones del mundo contienen tantos mundos como la nuestra. Y, por tanto, hay una diversidad de lenguajes y esa es nuestra riqueza.

“Yo escribo a mi manera, lo que siento y me sale, pero hay muchas otras formas de escribir. Todo lenguaje es legítimo en la medida que las palabras nazcan de la necesidad de decir.”

–Pero hay influencias, generaciones literarias.

–Sí, yo escribo a mi manera, que es a su vez una manera muy influida por mi maestro Juan Rulfo. En una entrevista, hace ya algún tiempo, me pidieron que eligiera a los escritores más importantes en mi formación literaria. Yo contesté: Juan Rulfo, Juan Rulfo y Juan Rulfo.

Historias sentipensantes

–En su búsqueda de nuevos lenguajes, supongo que también está al tanto de la evolución de nuestro idioma en la sociedad actual.

–Sí, es un aprendizaje cotidiano. Recibo muchas voces de la calle, que son las que más me alimentan. Y es un trabajo de recreación de las voces que uno recibe. Cuando Rulfo me decía que se escribe más con la goma que con el lápiz, y eso es verdad, pero no toda. Porque también hay que ver cuáles son las palabras.

“Otro maestro mío, Juan Carlos Onetti, con quien compartí pocas palabras y muchos silencios, siempre me decía que había un proverbio chino que decía que las únicas palabras que merecen existir son las palabras mejores que el silencio.

“Es una idea muy hermosa, porque el silencio es un lenguaje hondísimo y profundo; entonces es muy difícil que las palabras sean mejores que el silencio.

“En realidad eso es imposible, pero uno tiene que intentar esos imposibles. Es el mayor desafío del lenguaje.”

–Precisamente su libro Espejos tiene muchos silencios y mucha calma en su lectura.

–El libro pide lentitud como el amor. Y silencio para que las palabras suenen de verdad.

–¿Usted también asume la literatura como ese juglar que va de pueblo en pueblo contando historias, declamando, leyendo en voz alta esas historias?

–Sí, pero si son conocimientos solos, es decir, mensajes de la razón van a tener poco recorrido. Tienen que ser historias sentipensantes para llegar a quien las lea, tienen que venir de la razón y del corazón. Tienen que unir lo que ha sido desvinculado por la cultura del desvinculo, que es la cultura dominante. Que entre otras cosas ha desvinculado la razón de la emoción, como ha desvinculado el pasado del presente.

“Por eso en el libro se mezcla muchísimo el pasado y el presente; el exterminio de Irak a manos de un señor que cree que la escritura fue inventada en Texas y, al mismo tiempo, el nacimiento del primer poema de amor de la historia humana, que es un poema escrito en Irak, cuando todavía no se llamaba así, en lengua sumeria y en tablillas de barro.”

–Una de esas líneas invisibles que dan sentido a las 600 historias de Espejos, ¿sería la vocación del hombre por la guerra, por esa tendencia a destruirse a sí mismo?

–Creo que los que creyeron que la contradicción es el motor de la vida humana no se han equivocado. Somos una contradicción incesante. Y eso te ayuda a sobrevivir en un mundo difícil; la certeza de que no hay horror que no implique alguna maravilla. La certeza de que somos mitad basura y mitad hermosura. Entonces el libro se alimenta de esa contradicción incesantemente. No sólo del horror sino también del amor.’

–Con especial fijación en las guerras, ¿no cree?

–Sí, porque la guerra es parte del horror. No pienso que la guerra sea un destino humano, pero sí sigue siendo una realidad de nuestro tiempo.

“Cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños en el mundo. ¡Cada minuto! ¡Y cada minuto Estados Unidos gasta medio millón de dólares matando inocentes en Irak!”

–También el machismo es una constante de la historia de la humanidad.

–Sí, por eso menciono la paradoja de las vidas de Santa Teresa y Sor Juana Inés de la Cruz. Las dos perseguidas por la Inquisición, los sectores más dogmáticos y feroces de la Iglesia católica y de sus verdades únicas. Sospechosas por ser mujeres inteligentes, creativas, por tener tanto o más talento que los hombres. Y, por tanto, culpables del imperdonable delito de ser ellas mismas.

“El caso de Santa Teresa es el más trágico. Pienso que un brazo de Santa Teresa acompaña a Francisco Franco en su larguísima agonía porque la descuartizaron y mandaron los pedazos a todas partes, y el brazo incorruptible –como le dicen– en la mesita de luz de Franco. Es una broma de mal gusto de la historia.

“Ella, que había sido víctima de los equivalentes de Franco en su tiempo.”

–¿Cómo ve Eduardo Galeano lo que ocurrió recientemente en Sudáfrica, que desconcertó al mundo: el estallido xenófobo en el país que sufrió durante tantas décadas el apartheid?

–Creo que hay un sistema mundial de dominio que está convirtiendo al mundo en un matadero y también en un manicomio. Nos está enloqueciendo a todos y la prueba de esto se está convirtiendo en una locura total es que ese sistema de dominio mundial ha logrado que los negros se maten entre ellos, como está ocurriendo en África del Sur, o que los iraquíes se maten entre sí, como ocurre en Irak, o que los palestinos se maten entre ellos. Nos enloquecen. Ya no sabemos quién es quién, ni por qué ni para qué.

“Ahora el mundo ha entrado en un periodo de crisis muy peligroso y esto va a generar explosiones de racismo por todas partes. El inmigrante, el venido de fuera, sobre todo si es de piel oscura será el chivo expiatorio del paro, del desempleo, de la desocupación.”

–Da la impresión de que el mundo no reflexiona ni guarda silencio para analizar esto así, como sí podemos hacer con su libro, por ejemplo…

–Sí, porque vivimos en un vértigo incesante. Somos presos. Instrumentos de nuestros instrumentos. Máquinas de nuestras máquinas. Y el vértigo de la vida urbana nos impide disponer del tiempo necesario para recuperar la memoria perdida y para recordar las cosas más obvias. Que a Colón nadie le pidió pasaporte, que a Hernán Cortés nadie le exigió contrato de trabajo, que a Francisco Pizarro nadie le exigió certificado de buena conducta, que además no lo hubiera obtenido porque era un tipo con antecedentes muy jodidos.

“Como decía al principio, somos todos africanos emigrados. Son cosas elementales que hemos olvidado por completo y que debemos recuperar para hacer preguntas, como: ¿es un destino este mundo?, ¿no estará embarazado de otro?”

–En el libro también reflexiona sobre la conquista, después de cinco siglos. ¿Cómo ve la situación de los pueblos indígenas?

–Me parece admirable la capacidad que han tenido los indígenas de las Américas en perpetuar una memoria que fue quemada, castigada, ahorcada, despreciada durante cinco siglos. Y la humanidad entera tiene que estarle muy agradecida, porque gracias a esa porfiada memoria sabemos que la tierra puede ser sagrada, que somos parte de la naturaleza, que la naturaleza no termina en nosotros. Que hay posibilidades de organizar la vida colectiva, formas comunitarias que no están basadas en el dinero. Que la competencia contra el prójimo no es inevitable y que el prójimo puede ser algo mucho más que un competidor.

“Todas estas cosas que se han heredado de las culturas originales y que han tenido una persistencia admirable porque han sobrevivido a todo y que se manifiestan ahora.

“Por ejemplo, la nueva Constitución de Ecuador, que lleva nombre indígena, por primera vez en la historia de la humanidad consagra a la naturaleza como sujeto de derecho. Nunca a nadie se le había ocurrido.

“En Ecuador, a pesar de ser un país muy infectado de racismo, como México y todos en América Latina, se ha podido perpetuar una memoria subterránea que hace posible esta recuperación de verdades pronunciadas por voces del pasado más remoto, pero que hablan al futuro.”

Muda de amo

–Y el hecho de que ahora se esté en plena “celebración” del bicentenario de las independencias, ¿qué le parece?

–Las independencias fueron en general los certificados de nacimiento de las naciones, mentira en las que vivimos. Porque todas las constituciones de nuestras repúblicas independientes negaron los derechos a quienes habían derramado la sangre por conseguir esas independencias. Fueron emboscadas contra los hijos más pobres de las Américas. Eso fue unánime y siempre fue así.

“Fueron repúblicas nacidas para la negación de derechos, para la maldición y para el desprecio de la mayoría de sus habitantes, muchos de los cuales pasaron a una peor vida de la que tenían bajo el predominio colonial. O en todo caso se limitaron a mudar de amos. Como decía un grafiti anónimo en una pared de Quito, cuando se promulga la independencia de Ecuador: ‘Último día del despotismo y primero de lo mismo’.”


COSECHA NEOLIBERAL - El Fisgón


COSECHA - El Fisgón

El renacer del idiota social - Marcos Roitman Rosenmann

Marcos Roitman Rosenmann La Jornada, 31 de mayo de 2008

El renacer del idiota social

Hay voces en la academia, la política, y los medios de comunicación que tergiversan los hechos del continente. Son parte de una propuesta de la derecha por imponer relatos maniqueos tendentes a despojar al sujeto de su memoria histórica republicana. Manipulan la realidad según convenga a sus intereses. En este horizonte dirigentes, estadistas, sindicalistas o representantes de movimientos sociales caerán en el saco de lobos con piel de corderos. El mundo se presenta dualmente. El orden y el caos. La luz y la oscuridad. La economía de mercado y el estatismo comunista. La globalización y la autarquía. Paz y seguridad versus terrorismo e inseguridad. Se construye un lenguaje para atacar a las “hordas” antisistémicas y un itinerario cuya hoja de ruta es el aniquilamiento y la destrucción del diferente. Las armas utilizadas son el liberalismo doctrinal, el pensamiento conservador, la sociobiología, la desarticulación de la teoría, la pérdida de la centralidad política y el desánimo de la razón. Se presentan como un frente único para conquistar un nuevo edén. Sus imágenes son las buenaventuras del capitalismo y sus megaproyectos. Obras faraónicas de adoración y procesión transformadas en tótems para la satisfacción de los nuevos dueños del planeta. Urbanizaciones de lujo, campos de golf, torres de cientos de metros, etcétera. La felicidad completa, cuya máxima expresión se dibuja en levantar centros comerciales donde las personas puedan vivir en ellos. Son los auténticos nichos de la virtud del mercado. Extensiones donde encontramos hoteles, restaurantes, cines, entidades financieras, gimnasios, joyerías, agencias de viaje, supermercados... La imagen perfecta para la actual era del consumidor que vive en su interior adaptándose a sus códigos. Su personalidad se flexibiliza para adorar marcas comerciales de comida basura, prendas de vestir, coches, etcétera. En su interior se consolida la mutación del ciudadano al idiota social. Es el proceso de atomización y pérdida de identidad colectiva. La sustitución de la memoria social por el deseo de compra y autismo individualista. El retorno del Idión aristotélico.

En tal lógica, los políticos adscritos a este orden tratan de producir el mayor número de idiotas sociales posibles. Buscan dar continuidad al proceso. Los consumidores deben sentirse en un paraíso terrenal. En dicho mundo, las expectativas, los deseos, las esperanzas, los objetivos de cambio, y las depresiones se superan individualmente. El remedio es satisfacer la angustia por medio de la compra y venta de objetos disponibles en tiendas y en la imaginación. Si le acosan en el trabajo, si le despiden, si violencia de genero, si explotación de clase, si alienación social, no actúe colectivamente. No se proponga un proyecto alternativo de liberación, no critique el sistema. No aluda a los mecanismos de dominación. Solucione el problema por la vía individual. Presente una queja en la oficina del consumidor o vaya al centro comercial más próximo, cómprese una camisa, una corbata, tíñase el pelo y cambie de peinado. Dese algún gusto culinario y machaque el cuerpo. Chocolate, helados, una hamburguesa. Si está muy agobiado y necesita desfogarse termine haciendo yoga en el mismo centro comercial. Y en el medio plazo contrate allí unas vacaciones en playas exclusivas, con todo incluido, la fuente de la juventud. Tratamientos de última generación a precio de oro, en cómodas cuotas mensuales. Si tiene necesidades erótico-festivas piense en turismo sexual. África, Asia, Europa del este, América Latina, Oceanía. Los cinco continentes. No existe como ciudadano. No posee dignidad, ni memoria histórica, ni voluntad, es un consumidor. En definitiva su cuerpo es todo un amasijo para el mercado. Lo posee de manera integral, de los pies a la cabeza. Lo dicho también incluye a los pobres, recuerden a Hernando de Soto, el autor de Otro sendero y El Misterio del capital, el individuo más preocupado por ellos. Según su propuesta, pueden participar de la bacanal a su manera. Deben capitalizar su miseria. Su buenaventura consiste en pasear por los centros comerciales y proyectar su frustración deseando cambiar de estatus. Deben transformar su ahorro en bienes de capital. Sus céntimos conseguidos en los semáforos vendiendo baratijas Los vendedores de baratijas los convertirán en empresarios del mañana y los niños tragafuegos serán los dueños del Circo de Moscú. Deben proyectar su optimismo bajo el discurso de la igualdad de oportunidades y la movilidad social ascendente. Es el discurso ideológico de la perseverancia, acompañado de iniciativa y preparación, factores suficientes para romper el círculo de la pobreza. El gran mito del capitalismo que tan buenos resultados brinda a sus ideólogos y acólitos.

En esta situación se deben soltar lastres. No piense, déjese llevar por la ola del consumo y transfórmese en un consumidor responsable, obtendrá dividendos y vivirá relajado. Acepte con gusto los mensajes del mercado de las ideas. Créase a pies juntillas que un gobernante corrupto y mentiroso como el actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe, es un demócrata ejemplar a pesar de las pruebas que lo vinculan con los narcotraficantes, los paramilitares y lo reconocen como responsable de la muerte de decenas de compatriotas. Piense en la inmaculada acción de gobierno de Salinas de Gortari y Zedillo en México y no en sus vínculos con la mafia y su participación en la represión en Chiapas o Acteal. Tampoco crea la verdad del origen espurio del poder del actual presidente Felipe Calderón. Acepte que hubo irregularidades, no fraude, eufemismo para no caer en la degradación mas absoluta. Sólo superada por la designación del secretario de Gobernación, que usó pasaporte español, urdió la trama para manipular la partida de nacimiento de sus padres, pero continúa en el cargo. Sin embargo, se definen portadores de la moral del mercado, que no es otra que la del idiota social, por ello han perdido la dignidad y la condición de ciudadanos. Han decidido borrar su conciencia. Proyectan el paraíso del consumo como la nueva solución final. La actual política consiste en fundar un orden con gobernantes mediocres de pensamiento sistémico. Plutócratas manipulables por quienes manejan los hilos del poder real se muestran sumisos ante el fuerte y acaban humillados y sodomizados en el mercado. El imperialismo lo sabe, transformados en idiotas sociales son presidentes o líderes de la oposición de la política de arriba.

....espacio para no olvidar ....

.... la memoria es, ya, una esperanza....

... Memorial de Agravios... para muestra, basta un espejo...

... civiles asesinados durante la guerra en irak ...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...
Foto de Pedro Valtierra