.............................................................................................

Llamamos a todos y a todas no a soñar, sino a algo más simple y definitivo, los llamamos a despertar. - Sup Marcos (1/enero/1999)

....................................................................................

“Porque en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza que este mundo, triste mundo convertido en campo de concentración, contiene otro mundo posible. O sea, que el horror está embarazado de maravilla.” -Eduardo Galeano

miércoles, 29 de abril de 2015

ALGUNAS NOTAS SUELTAS SOBRE LOS MAÍCES MEXICANOS.

EDITORIAL PARA ZIGMA EN LA POLÍTICA
ALGUNAS NOTAS SUELTAS SOBRE LOS MAÍCES MEXICANOS.


Desde hace por lo menos tres décadas, en México se ha implementado un modelo de supuesto desarrollo que tiene por único objetivo la maximización de las ganancias para una clase empresarial y política nacional y trasnacional. Para alcanzar este objetivo, los gobiernos han abandonado la protección de los ciudadanos y de sus derechos para transformarse en capataces de hacienda cuya tarea es asegurarle ganancias al capital. Una de las estrategias utilizadas para esto es el desmantelamiento de leyes e instituciones que protegían a los ciudadanos para despojarles de sus derechos o de las condiciones para que estos derechos puedan ser ejercidos. Esta flexibilización del marco regulatorio del país se ha dado en prácticamente todos los ámbitos de la vida: la educación, la salud, la alimentación, la seguridad, el campo, el derecho a la protesta, los derechos colectivos de los pueblos indígenas, etc., etc. A través de este proceso, el Estado mexicano funciona, ahora, como garante y protector de los intereses de las empresas trasnacionales, de los países de origen de las mismas o de grupos criminales regionales, nacionales e, inclusive, trasnacionales.
México es uno de los países en el mundo donde se padecen más crudamente las consecuencias de estas políticas. Los miles de muertos y desaparecidos en esta guerra por el control del territorio y del mercado de las drogas, el despojo de los territorios de los pueblos indígenas y campesinos para la implementación de megaproyectos de infraestructura, la criminalización de la protesta, la precarización del trabajo, la impunidad y la corrupción son ejemplos claros de este proceso.
Uno más de los ámbitos de vida amenazados frente a la expansión de este modelo de "desarrollo" es el maíz. México es el centro de origen del maíz. Cientos de variedades de maíz han sido domesticadas y adaptadas por el trabajo de millones de campesinos desde hace cientos de años. La diversidad cultural de México, a su vez, ha sido configurada por los maíces de los que nos han alimentado en cuerpo y espíritu. En México las diversidades de maíz y de culturas serían imposibles la una sin la otra.
La guerra contra los maíces nativos no se libra solamente en evitar que el Estado capataz autorice la siembra de unas cuantas variedades de maíces transgénicos sino que también se libra en cada una de las semillas nativas que millones de campesinos mexicanos siguen sembrando, cuidando y seleccionando, se libra en cada una de las comidas que hacemos y en las que defendemos nuestro gusto por cada uno de los cientos de platillos distintos que cocinamos con maíz; se libra también en cada uno de nuestros cuerpos al comer maíces transgénicos crecidos con agrotóxicos cuyas consecuencias en nuestra salud están en investigación. La defensa de los maíces mexicanos pasa por la defensa del campo y del agua, de las semillas y de los campesinos, de nuestra salud y comida. Es, en resumen, una lucha por la vida.




miércoles, 8 de abril de 2015

México Bárbaro.

::::::::::::::::::::::::::::::::
México Bárbaro.
Editorial para Zigma en la Política del 8 de abril de 2015
Pablo Reyna Esteves (@preynae)
:::::::::::::::::::::::::::
Insisto en que la masacre de Iguala y la desaparición de los 43 jóvenes normalistas del Estado de Guerrero son, para mí, una manera indispensable para comprender la crisis en la que estamos como país.  El desollamiento del rostro de Julio César Mondragón, asesinato que, por cierto, no ha sido aclarado en la agotada verdad histórica, muestra el verdadero rostro de este Estado, su verdadera naturaleza.

Leer los periódicos, mirar el entorno con los lentes de Ayotzinapa sirve, también, para mirarnos como sociedad. Estos lentes mira, también, lo caro que hemos venido nuestra reacción. No podemos decir que no sabíamos que millones de mexicanos trabajan en la semiesclavitud de la agroindustria post TLCAN. No podemos decir que no sabíamos que cientos de miles de menores se ven obligados – no solamente por sus patrones sino las violencias estructurales, el desprecio y la discriminación generalizada – a trabajar en jornadas del doble de horas de las que se reconocen en las leyes, sin posibilidad de ejercer su derecho a la salud, a la educación, a una vida digna. Sabíamos, sabemos que la paga de las y los jornaleros agrícolas en México es vergonzante; que al descomunal esfuerzo físico hay que agregarle el contacto con agrotóxicos. Y aunque sabíamos, sabemos, nuevamente, como con los miles de desaparecidos anteriores a Ayotzinapa, volteamos el rostro hasta que 200 indígenas tarahumaras fueron rescatados de campos de Baja California Sur y miles de jornaleros de la región de San Quintín han dicho ya de estas condiciones inhumanas de trabajar.  

Cito:
“- Somos de Chihuahua -nos dijo el viejo, una vez que hubimos ganado su confianza-. Trabajamos en el campo ..., todos. Toda nuestra vida hemos sido trabajadores del campo cultivando maíz, frijol y melones en Chihuahua; pero ahora huimos. Si los patrones nos pagaran lo que prometen, podríamos salir adelante; pero nunca pagan completo ... nunca. Esta vez el patrón nos pagó sólo dos tercios del precio convenido y, sin embargo, le quedo muy agradecido, porque nos podía haber pagado tan sólo un tercio, como otros nos pagaron antes. ¿Qué puedo hacer? Nada. No puedo acudir a un abogado, porque el abogado me robaría los otros dos tercios y además el patrón me metería en la cárcel. Muchas veces mis hijos y yo hemos ido a la cárcel, por pedir al patrón que nos pagase la suma completa convenida. Mis hijos se indignan cada vez más y a veces temo que alguno de ellos pueda pegar al patrón o matarlo, y eso sería nuestro fin.
Después de una pausa, continuó:
- No, lo mejor que podíamos hacer, y por último lo decidí, era marchar. De manera que juntamos lo que teníamos y gastamos nuestro último peso para pagar el pasaje hasta Torreón, donde esperamos encontrar trabajo en los campos algodoneros. He oído decir que podemos ganar un peso diario cuando hay ocupación. ¿Es así, o será allí la misma historia? Acaso sea la misma; pero ¿qué otra cosa puedo hacer sino arriesgar? Trabajo, trabajo, trabajo; eso es todo lo que hay para nosotros ..., y nada a cambio del trabajo. No bebemos; no somos holgazanes; rezamos a Dios todos los días y, sin embargo, la deuda nos sigue siempre, pidiendo que la aceptemos. Muchas veces he querido pedir prestado un poco a mi patrón; pero mi mujer siempre se ha opuesto a ello. No -me dice-, mejor morir que deber, porque deber una vez quiere decir deber para siempre ..., y ser esclavos. Pero a veces creo que sería mejor deber, mejor caer en deuda, mejor renunciar a nuestra libertad que seguir así hasta el fin. Es cierto que me estoy haciendo viejo y me gustaría morir libre, pero es duro ..., muy duro.”[1]

Fin de la cita.

Estos son tan solo dos párrafos de un libro fundamental para entender el México de nuestros días. El libro es México Bárbaro del periodista John Kenneth Turner, publicado en 1908. Sí, hace más de 100 años, cuando Porfirio Díaz aún era presidente de este país.
Sabíamos, sabemos.
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo permitiremos este México Bárbaro?



[1] Keneeth Turner, John. (1908), México Bárbaro. Disponible en línea en: http://xa.yimg.com/kq/groups/17282019/467770514/name/M%C3%A9xico%20B%C3%A1rbaro%20%28con%20prefacio%29.pdf

....espacio para no olvidar ....

.... la memoria es, ya, una esperanza....

... Memorial de Agravios... para muestra, basta un espejo...

... civiles asesinados durante la guerra en irak ...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...
Foto de Pedro Valtierra