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Llamamos a todos y a todas no a soñar, sino a algo más simple y definitivo, los llamamos a despertar. - Sup Marcos (1/enero/1999)

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“Porque en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza que este mundo, triste mundo convertido en campo de concentración, contiene otro mundo posible. O sea, que el horror está embarazado de maravilla.” -Eduardo Galeano

miércoles, 8 de julio de 2015

Algunas notas sueltas a un año de Tlatlaya.

Algunas notas sueltas a un año de Tlatlaya.

Editorial para Zigma en la Política.
8 de julio de 2015.
Pablo Reyna Esteves (@preynae)
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El pasado 30 de junio se cumplió un año desde que muchos de nosotros escuchamos por primera vez la palabra, el nombre, Tlatlaya. Como con decenas de otros lugares de nuestro país, nos enteramos de su existencia justo después de un acto de guerra. Creímos, creí, entonces, que México sería uno antes y otro después de Tlatlaya. El mismo pensamiento que tuve con San Fernando, con Villas de Salvarcar, con Casino Royale, con San Fernando otra vez. Pero no. Aprendimos Tlatlaya antes de resignificar Ayotzinapa, Iguala, Apatzingán. Antes de aprender Tanhuato.
El 30 de junio de 2014, 22 personas fueron abatidas por el ejercito en un rancho del municipio de Tlatlaya, Estado de México. Las loas a las fuerzas armadas no se hicieron esperar. La CNDH de entonces hizo como que hizo y retomo la versión oficial, esa que, ahora sabemos, allá arriba llaman “verdad histórica”, esa que dice que soldados fueron atacados, que se desató un enfrentamiento, que en su legítima defensa los soldados abatieron 22 delincuentes, que liberaron 3 mujeres.
Unos días después, y gracias a investigaciones periodística, ¡necios periodistas!, y los testimonios de una sobreviviente, ¡necias víctimas!, nos enteramos que la realidad, necia realidad, no era tal cual nos la habían contado. Nos enteramos que las manchas de sangre escurriendo de una pared solamente suceden cuando los disparos se hacen a menos de medio metro de distancia; nos enteramos que los soldados modificaron la escena, cambiaron de posición los cuerpos de las personas abatidas, modificaron el lugar donde habían quedado las armas… nos enteramos que entre 12 y 15 de las personas muertas fueron asesinadas a mansalva, después de haberse rendido. Aprendimos, junto con Tlatlaya y, meses después con Ayotzinapa, que el rostro de la guerra que padecemos tiene dos caras: la del crimen organizado y la del crimen de estado, ese pedazo de rostro que también llamamos violaciones graves de los derechos humanos.
Vino Ayotzinapa, vino Apatzingán, vino Tanhuato…
Y un año después, cuando casi olvidábamos lo aprendido en la nube de la opacidad, la impunidad y la guerra, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, ¡necios defensores de los derechos humanos!, con la publicación de su informe Tlatlaya a un año: la orden fue abatir, nos devuelve la oportunidad de construir verdad y justicia en este caso, y a través de Tlatlaya, construir la verdad y justica para nuestro país, para lo que queda de nuestro país.
Un informe que hace pública una Orden General de Operaciones de la Base de Operaciones “San Antonio del Rosario” y la subsecuente Orden de Relevo y Designación de Mando, emitidas por el 102 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano. Allí, entre órdenes, evidentemente incumplidas, que van “de la observancia de la ley” al actuar “conforme a derecho” y haciendo prevalecer “el respeto a los DDHH”, en la séptima disposición se indica: (cito)
“Las tropas deberán de operar en la noche en forma masiva y en el día reducir la actividad a fin de abatir delincuentes en horas de oscuridad, ya que el mayor número de delitos se comete en ese horario”.
Y esas 38 palabras develan, desde mi perspectiva, más de lo que el ejército y el gobierno hubieran querido. Muestran que debajo del camuflaje y las insignias opera un estado de excepción de facto ordenado y acatado por el ejército. Es decir, los fusilamientos en Tlatlaya no fueron actos de uno o dos o 10 soldados corrompidos hasta la médula, apátridas diría alguno, sino que son del conocimiento de mandos e incentivadas por la opacidad, la impunidad y el discurso de guerra.
Revela, también, que para las fuerzas armadas en México hay tres tipos de personas: los buenos, los malos y los feos, es decir, los propios militares, los delincuentes y las potenciales víctimas colaterales. Es decir, en esta guerra no declarada, la justicia es la que se mira desde las mirillas.

Sirva, pues, este informe para generar un profundo debate público sobre esta guerra, sobre el ejército, sobre las sistemáticas violaciones a los derechos humanos. Sirva, pues.

domingo, 5 de julio de 2015

Notas sueltas sobre la crisis: Grecia y Tlatlaya

Evidentemente los temas de la semana van del referéndum griego al informe que el Centro ProDH presentó a un año de #Tlatlaya. Detrás del Sí o el No en el referéndum o la discusión sobre el significado que mi Larousse ilustrado da a la palabra “abatir”, hay de fondo conceptos comunes al analizar estos temas.
Desde mi perspectiva, los conceptos de estado de excepción, crisis y caos pueden ayudar a juntar los puntos que, con facilidad, mantenemos separados.
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En una entrevista[1] publicada a inicios de semana, Boaventura de Sousa Santos dijo que la actual crisis se diferencia de las anteriores porque ésta se ha vuelto la explicación a todos y cada uno de los problemas, tomando un carácter de permanente y de abarcarlo todo[2]. En el contexto europeo, a unos días de que se llevara a cabo el referéndum de este domingo 5 de julio, dijo que “esta crisis es presentada como si fuera una crisis de los estados soberanos pero, en realidad, es una crisis financiera, de un sistema criminal y kleptocrático. Esta crisis es causada por el capital financiero desregulado que especula con la miseria de la gente.”[3]
En esa misma entrevista, Boaventura de Sousa enlistó siete amenazas, que a la vez describió como retos, para hacerle frente a la crisis permanente. Los siete puntos que enlista, las amenazas y retos, emergen no desde el discurso hegemónico sino desde los márgenes de éste, desde la agenda de movimientos sociales y de grupos históricamente excluidos del modelo dominante. A saber:
1.     La desorganización del estado. Previo a las privatizaciones existían relaciones no mercantilizadas entre ciudadanos y el estado. Hoy todo debe adherirse a la lógica del mercado. Frente a esta amenaza, Boaventura, que todavía no hay alternativas a este nuevo concepto de estado.[4]
2.     La desestabilización de la democracia. El pacto entre la democracia y el capitalismo se ha roto, por lo que el capitalismo, ahora, no tiene restricciones.[5]
3.     El conocimiento como commodity. Hoy, indica, todo conocimiento debe generar ganancia. Esta amenaza ha transformado las universidades y centros de investigación al grado que éste es su principal objetivo.
4.     La destrucción de la naturaleza. El capitalismo, sin restricciones, empuja sus fronteras a nuevos territorios, poniendo en cuestión la propia capacidad de la naturaleza.[6]
5.     La devaluación del trabajo. Anteriormente, el trabajo era el instrumento para acceder a la ciudadanía. Eso, hoy, ya no existe.[7]  
6.     Criminalización de la protesta. Se explica por sí sólo.
7.     La colonización de las mentes, de todo lo que es diferente. La última amenaza que enlista se expresa en nuevas formas de racismo.[8]
Se requiere, según Boaventura de Sousa, construir (develop es la palabra que usa) un nuevo tipo de conocimiento, uno basado en el principio de dignidad. Este conocimiento usualmente vive fuera de las universidades e institutos de investigación.

En relación con la crisis en Grecia apunta que la crisis “es una estrategia consciente para destruir políticas sociales” en un escenario de futuro donde la educación y la salud serán los mercados más lucrativos.[9]

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En el texto La estrategia destituyente[10], Ilán Semo, retoma el concepto de crisis en el contexto griego. Afirma que “la crisis se ha convertido en una tecnología de gobierno. Se desestabiliza todo para mantener la estabilidad de instituciones flotantes.” Instituciones a las que les ha sido intervenido su poder “constituyente” por los poderes globales. “Las ideas tradicionales que explicaba al poder moderno como mecanismo de contención de lo ingobernable han perdido sentido. Hoy el poder induce la crisis y se erige como el piloto que pretende navegar en ella. Este es el principio actual de gubernamentabilidad. Agamben[11] lo llamó recientemente: el Estado de seguridad.”

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[1] The crisis is a conscious strategy for social demolition, entrevista a Boaventura de Sousa Santos, publicada en: http://www.mo.be/node/44384
[2] “this crisis has taken on such an all- encompassing and permanent caracter and has become the explanation for anything that is wrong.”
[3] “This crisis is presented as a debt crisis of sovereign states but which is in fact a financial crisis of a kleptocratic and criminal system. This is a crisis caused by deregulated financial capital that speculates in the misery of the people.”
[4] “Whilst in the past the state had plenty of non-mercantile relations with its citizens, these have been strongly diminished today. Everything gets privatised and needs to adhere to the logic of the markets. This is a very real threat, as there is no alternative for this concept of the state.”
[5] “the pact between democracy and capitalism has been destroyed since the fall of the Wall. Today, capitalism is unrestrained and showing its true, destructive face: it destroys the rights of people, their future, nature. (…) The only things capitalism has to fear is itself, its own destructive logic.”
[6] “Capitalism is pushing new boundaries and is playing with the capacity of nature. (…) Destruction of nature means destruction of the means of living of numerous people.”
[7] “labour was the instrument to gain Access to citizenship. (…) Today work – as an instrument to civil rights- has been completely eroded. (…) 70% of the global work is informal.”
[8] “A cognitive type of racism is growing, not base don the color of your skin, but base don your beliefs. (…) Racism is usually a reaction against someone seen as inferior or as dangerous. Most likely both.”
[9] “Neoliberalism does not leave room for social policies. (…) the most lucrative markets of the future will be in health care and education.” (…) “The crisis is a conscious strategy to destroy social policies.”
[11] Agamben, G. (2014) Cómo la obsesión por la seguridad hace mutar la democracia, disponible en línea: http://contrapunto2002.blogspot.mx/2014/01/como-la-obsesion-por-la-seguridad-hace.html

....espacio para no olvidar ....

.... la memoria es, ya, una esperanza....

... Memorial de Agravios... para muestra, basta un espejo...

... civiles asesinados durante la guerra en irak ...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...
Foto de Pedro Valtierra