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Llamamos a todos y a todas no a soñar, sino a algo más simple y definitivo, los llamamos a despertar. - Sup Marcos (1/enero/1999)

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“Porque en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza que este mundo, triste mundo convertido en campo de concentración, contiene otro mundo posible. O sea, que el horror está embarazado de maravilla.” -Eduardo Galeano

domingo, 21 de diciembre de 2008

Arundhati Roy

La sesión informativa

La sesión informativa es un texto de ficción escrito por Arundhati Roy para ser representado durante la séptima versión de Manifesta (www.manifesta7.it), una de las más importantes bienales europeas de arte contemporáneo, que se lleva a cabo en distintas ciudades. Se inauguró el 19 de julio en la región de Trentino/Alto Adige/Sud Tyrol en el norte de Italia. El texto fue escrito para la sección Projected Scenarios, en Manifesta 7, que se desarrollará en la fortaleza Hapsburg en Fortezza/Franzensfeste, construida en 1833. Es la primera vez que la fortaleza se abre al público. Los curadores invitaron a 10 escritores a responder con textos al enigma de la fortaleza. Los textos se tradujeron al italiano, alemán e inglés, fueron interpretados por actores y se escuchan a través de estaciones ubicadas en diferentes espacios de la fortaleza. Los textos también serán publicados en un libro

Les envío saludos. Lamento no estar hoy aquí con ustedes, pero quizá sea mejor así. En tiempos como éstos es mejor no mostrarnos por completo, ni siquiera entre nosotros.

Si cruzan la línea y se meten al círculo quizá escuchen mejor. Tengan cuidado con el gis en sus zapatos.

Sé que muchos de ustedes han viajado grandes distancias para estar aquí. ¿Ya vieron todo lo que hay por ver? Las baterías, las estufas, los depósitos de municiones debajo del suelo? ¿Visitaron la fosa común de los trabajadores? ¿Ya estudiaron los planos cuidadosamente? ¿Dirían que es hermoso este fuerte? Dicen que está asentado sobre las montañas, como un desafiante león. Confieso que nunca lo he visto. La guía dice que no fue construido en términos de belleza. Pero la belleza puede llegar sin ser invitada, ¿no es así? Puede caer sobre las cosas de manera inesperada, como los rayos del sol colándose por una abertura en las cortinas. Ah, pero este es un fuerte sin aperturas en sus cortinas, el fuerte que nunca ha sido atacado. ¿Quiere esto decir que sus amenazantes muros han frenado hasta a la belleza y la han expulsado?

La belleza. Podríamos hablar sobre ella todo el día y toda la noche. ¿Qué es? ¿Qué no es? ¿Quién tiene el derecho a decidir? ¿Quiénes son los verdaderos curadores del mundo, o, deberíamos mejor decir, los curadores del mundo verdadero? ¿Qué es el mundo verdadero? ¿Las cosas que no podemos imaginar, medir, analizar, representar y reproducir, son reales? ¿Existen? ¿Viven en lo más recóndito de nuestras mentes, en un fuerte que nunca ha sido atacado? Cuando nuestras imaginaciones fracasen, ¿también fracasará el mundo? ¿Cómo lo sabremos?

¿Qué tan grande es este fuerte, que puede o no ser bello? Dicen que es el fuerte más grande que se haya construido en las altas montañas. ¿Dices que gigantesco? Gigantesco nos complica un poco las cosas. ¿Comenzamos trazando sus vulnerabilidades? A pesar de que nunca ha sido atacado (o al menos eso dicen) piensen cómo sus creadores deben haber vivido y revivido la idea de ser atacados. Deben haber esperado ser atacados. Deben haberse puesto en las mentes y los corazones de sus enemigos hasta que a duras penas podían distinguir entre ellos y quienes temían tan profundamente. Deben haber soñado con ser atacados. Hasta que ya no distinguían la diferencia entre terror y deseo. Y luego, desde ese nudo de amor atormentado, deben haber imaginado ataques provenientes de todas las direcciones concebibles, con tal precisión y astucia que se volvían casi reales. Si no, ¿cómo podrían haber construido un fuerte como éste? El miedo debe haberlo moldeado; el temor debe estar incrustado hasta en sus vetas. ¿Es eso lo que este fuerte en realidad es? ¿Un frágil testamento a la inquietud, a la aprensión, a una imaginación sitiada?

Fue construido –y cito a su principal cronista– para almacenar todo lo que debía ser defendido a toda costa. Termina cita. Vaya declaración. ¿Qué almacenaban aquí, camaradas? ¿Qué defendían?

Armas. Oro. La civilización misma. O al menos eso dice la guía.

Y ahora, en tiempos de paz y abundancia en Europa, se usa para exhibir el trascendente propósito, o, si así lo desean, la sublime falta de propósito de la aspiración máxima de la civilización: el arte. En estos días, me dicen, el arte es oro.

Espero que hayan comprado el catálogo. Deben hacerlo. Al menos para aparentar.

Como saben, existe la posibilidad de que haya oro en este fuerte. Oro verdadero. Oro escondido. La mayor parte fue sacada, algo fue robado, pero se dice que una buena parte aún permanece ahí. Todos lo buscan, golpean en las paredes, escarban las tumbas. Su urgencia debe ser palpable para ustedes.

Saben que hay oro en el fuerte. También saben que no hay nieve en las montañas. Quieren el oro para comprar algo de nieve.

Aquellos que son de aquí: ustedes deben saber acerca de las Guerras de la Nieve. Aquellos que no son de aquí, escuchen con cuidado. Es de vital importancia que comprendan la textura y el tejido del lugar que eligieron para su misión.

Debido a que los inviernos se volvieron más cálidos aquí, hay menos días de “fabricación de nieve” y como resultado no hay suficiente nieve para cubrir las pistas de esquí. La mayoría de las pistas de esquí ya no pueden ser clasificadas como “confiables en lo que a nieve se refiere”. En una reciente conferencia de prensa –quizá escucharon los reportes– Werner Voltron, el presidente de la Asociación de Instructores de Esquí, dijo: “Creo que el futuro es negro. Completamente negro”. (Aplausos dispersos que suenan como que llegan desde la parte trasera del público. Murmullos apenas perceptibles de ¡Bravo! ¡Viva! ¡Wah! ¡Wah! ¡Sí, carnal!) No no no… camaradas, camaradas… malinterpretan. El señor Voltron no se refería al Ascenso de la Nación Negra. Al decir Negro, quería decir ominoso, desastroso, sin esperanza, catastrófico y sombrío. Dijo que cada centígrado Celsius que aumentaba en la temperatura del invierno representaba la muerte para casi cien centros de esquí. Eso, como podrán imaginarse, implica muchos empleos y dinero.

No todos son tan pesimistas como el señor Voltron. Tomen como ejemplo a Guenther Holzhausen, jefe ejecutivo de MountainWhite, una nueva marca de nieve, popularmente conocida como Nieve Caliente (porque puede ser manufacturada a una temperatura de dos o tres grados Celsius por arriba de la temperatura normal). El señor Holzhausen dijo –y se los leeré–: “El cambio de clima es una gran oportunidad para los Alpes. Las extremadamente altas temperaturas y los crecientes niveles del mar ocasionados por el calentamiento global serán perjudiciales para el turismo de playa. En 10 años, la gente que normalmente va al Mediterráneo vendrá al comparativamente más fresco Alpes para unas vacaciones de esquí. Es nuestra responsabilidad; es más, nuestro deber, garantizar nieve de la más alta calidad. MountainWhite garantiza nieve espesa, uniformemente esparcida, que los esquiadores encontrarán que es superior a la nieve natural”. Termina cita.

La nieve de MountainWhite, camaradas, como la mayoría de las nieves artificiales, está hecha de una proteína localizada en la membrana de una bacteria llamada Pseudomonas syringae. Lo que la distingue de otras nieves es que para prevenir la propagación de enfermedades y otros peligros patogénicos, MountainWhite garantiza que el agua que usa para generar la nieve para esquiar es de la más alta calidad, proviene directamente de las redes de agua potable. “¡Puedes embotellar nuestras pistas de esquí y tomártelas!”, se cuenta que alguna vez presumió Guenther Holzhausen. (En la cinta se escuchan murmullos que denotan enojo) Entiendo... Pero cálmense. Sólo nublará su visión y despuntará su propósito.

Para generar nieve artificial, desde cañones de nieve se dispara a gran velocidad y con una fuerte presión agua nucleada y tratada. Cuando la nieve está lista, se apila en montones llamados ballenas. Las ballenas de nieve son preparadas, labradas y esponjadas antes de que la nieve sea esparcida en las pistas que fueron rasuradas de imperfecciones y formaciones rocosas naturales. Se cubre el suelo con una gruesa capa de fertilizante para mantenerlo fresco y aislarlo del calor generado por la Nieve Caliente. Hoy, la mayoría de los centros de esquí usan nieve artificial. Casi todos tienen un cañón. Cada cañón tiene una marca. Todas las marcas están en guerra. Cada guerra es una oportunidad.

Si quieren esquiar en –o al menos ver– nieve natural, tendrán que ir más lejos, hasta los glaciares que están envueltos en gigantescos pliegos de plástico para protegerlos del calor del verano y prevenir que se encojan. Aunque no sé qué tan natural pueda ser eso: un glaciar envuelto en plástico. Quizá sientas como que estás esquiando sobre un sandwich viejo. Valdrá la pena, supongo. Yo no sabría, no esquío. Las Guerras del Plástico son una especie de combate de altura, no del tipo para el cual algunos de ustedes están entrenados (risitas). Están separadas, aunque no completamente desconectadas de las Guerras de la Nieve.

En las Guerras de la Nieve, el único adversario serio de MountainWhite es Scent n’ Sparkle, un nuevo producto presentado por Peter Holzhausen, quien, si me perdonan el chisme, es el hermano de Guenther Holzhausen. Hermano verdadero. Sus esposas son hermanas. (Un murmullo). ¿Cómo? Sí... verdaderos hermanos casados con verdaderas hermanas. Ambas familias son de Salzburgo.

Además de todas las ventajas de MountainWhite, Scent n’ Sparkle promete nieve más blanca, mas brillante y con fragancia. A un costo, claro. Scent n’ Sparkle viene en tres aromas, vainilla, pino y árbol de hoja perenne. Promete satisfacer los nostálgicos anhelos de los turistas por unas vacaciones al viejo estilo. Scent n’ Sparkle es un producto de boutique listo para tomar por asalto el mercado de masas, o al menos eso dicen los expertos, porque es un producto con visión y un ojo puesto en el futuro. La nieve con fragancia anticipa los efectos que tendrá la migración global de árboles y bosques sobre la industria del turismo. (Murmullos) Sí. Dije migración de árboles.

¿Alguno de ustedes leyó a Macbeth en la escuela? ¿Recuerdan lo que le dijeron las brujas en el monte? “¿Macbeth jamás será derrotado hasta que el Gran Bosque de Birnam marche contra él hasta la Montaña de Dunsinane?”

¿Recuerdan lo que él les dijo a ellas?

(Una voz del público, de la parte trasera, dice: “Eso nunca será. ¿Quién puede impresionar al bosque, pedirle al árbol que saque sus raíces clavadas en la tierra?”)

¡Ja! Excelente. Pero Macbeth estaba completamente equivocado. Los árboles han sacado sus raíces clavadas en la tierra y están en movimiento. Migran de sus devastados hogares con la esperanza de una mejor vida. Como la gente. Las palmeras tropicales se desplazan hacia los Alpes bajos. Los árboles de hoja perenne suben a alturas mayores en busca de un clima más frío. En las pistas de esquí, bajo las húmedas alfombras de la Nieve Caliente, en un cálido suelo cubierto de fertilizante, germinan semillas polizones de nuevas plantas de invernadero. Quizá pronto haya árboles frutales y viñedos y olivares en las altas montañas.

Cuando los árboles migran, los pájaros y los insectos, las avispas, las abejas, las mariposas, los murciélagos y otros polinizadores tendrán que desplazarse con ellos. ¿Podrán adaptarse a su nuevo entorno? Los petirrojos ya llegaron a Alaska. El caribú de Alaska, plagado de mosquitos se desplaza a mayores alturas donde no tiene suficiente comida para alimentarse. Los mosquitos que transmiten la malaria ya recorren los Alpes bajos.

Me pregunto cómo este fuerte, que fue construido para resistir el fuego de artillería pesada, montará una defensa contra un ejército de mosquitos.

Las Guerras de la Nieve ya llegaron a las llanuras. Ahora, MountainWhite domina el mercado de la nieve en Dubai y Arabia Saudita. Cabildea en India y China, con cierto éxito, para obtener proyectos de construcción de presas enfocados en cañones de nieve para los centros de esquí que abren todo el año. Entró al mercado holandés de reforzamiento de diques y de casas marítimas construidas sobre plataformas flotantes, para que cuando los niveles del mar se eleven y los diques finalmente se rompan y Holanda se suma en el océano, Mountain-White puede utilizar la marea creciente y transformarla en oro. ¡Nunca temas, MountainWhite está aquí! Funciona también en tierra plana. Scent n’ Sparkle también se ha diversificado. Es dueño de un popular canal de televisión y controla las acciones de una compañía que hace –y desactiva– minas terrestres. Quizá su nuevo lote tendrá aroma –fresa, arándano, jojoba– para atraer a los animales y los pájaros, además de los niños. Además de nieve y minas terrestres, Scent n’ Sparkle vende prótesis, que funcionan con pilas, en tamaños estándar para Asia Central y África. Está en la vanguardia de la campaña por la Responsabilidad Social Empresarial y actualmente funda una cadena de excelentemente amueblados orfanatos empresariales y de ONG en Afganistán, con las cuales algunos de ustedes están familiarizadas. Recientemente presentó una propuesta para dragar y limpiar lagos y ríos en Austria e Italia, los cuales de nuevo se volvieron tóxicos debido a los residuos de fertilizante y a la nieve artificial derretida.

Aun aquí, en la cima del mundo, los residuos ya no son parte del pasado. Es el futuro. Al menos algunos de nosotros hemos aprendido, a lo largo de los años, a vivir como ratas en las ruinas del egoísmo de otros. Hemos aprendido a crear armas de la nada. Sabemos cómo usarlas. Estas son nuestras destrezas de combate.

Camaradas, el león de piedra en las montañas ha comenzado a debilitarse. El fuerte que nunca ha sido atacado se ha sitiado a sí mismo. Es hora de hacer nuestra movida. Es hora de remplazar la ráfaga de la ametralladora, ruidosa y sin dirección, con la fría precisión de una bala de asesino. Elijan sus blancos con cuidado.

Cuando los huesos de piedra del león de piedra hayan sido enterrados en ésta, nuestra herida y envenenada tierra, cuando el Fuerte Que Nunca Ha Sido Atacado haya sido reducido a escombros y cuando el polvo de los escombros se haya asentado, quién sabe, quizá neve de nuevo.

Eso es todo lo que tengo que decir. Se pueden dispersar. Memorícense las instrucciones. Que les vaya bien, camaradas, no dejen huellas. Hasta que nos volvamos a encontrar, buena suerte, khuda hafiz, y mantengan su pólvora seca.

(Ruido de pasos alejándose. Desvaneciéndose.)

Este texto fue publicado en Adam Budak, Anselm Franke/ Hila Peleg, Rags Media Collective (Eds): Manifesta 7. Scenarios, Milan (Silvana Editoriale) 2008.



Racismo, dominación y revolución en Bolivia

Adolfo Gilly, La Jornada, 22 de septiembre de 2008

Racismo, dominación y revolución en Bolivia

“El problema en Bolivia es que el país está viviendo un proceso de reformas, sin salirse del marco democrático, pero tanto la oposición como el gobierno actúan como si estuvieran frente a una revolución”, habría declarado Marco Aurelio García, cercano colaborador de Lula en asuntos internacionales, según artículo de José Natanson en Página/12.

Me permitiré no tomar al pie de la letra, sino en irónico sentido, la declaración de Marco Aurelio García, hombre inteligente e informado que no puede dejar de darse cuenta de que si los dos protagonistas del enfrentamiento boliviano creen que se trata de una revolución, esa creencia es la mejor prueba de que, en efecto, lo es. El vicepresidente Álvaro García Linera, en cambio, ha dicho que lo que está en curso es “una ampliación de élites, una ampliación de derechos y una redistribución de la riqueza. Esto, en Bolivia, es una revolución”.

Tiene cierta razón: en Bolivia nomás eso ya sería una revolución como la de 1979 en Nicaragua. Pero lo que está ocurriendo es algo mucho más profundo y va más allá de las élites, la política y la economía. Es un cuestionamiento de los sustentos mismos de la dominación histórica de esas élites, viejas y nuevas. Viene de muy abajo, lo mueve una furia antigua y no lo van a detener las masacres de las bandas fascistas ni los frágiles acuerdos del gobierno con los prefectos de la Media Luna.

La masacre de Pando, con más de 30 campesinos asesinados a sangre fría por los sicarios de la minoría blanca, y las espeluznantes escenas de humillación, dolor y castigo de los indígenas en la plaza pública de Sucre y en las calles de Santa Cruz de la Sierra a manos de bandas de jóvenes fascistas, están diciendo a toda Bolivia que esa minoría blanca sabe bien lo que se juega: su poder no es negociable, sus tierras no se tocan, su derecho de mando despótico reside en el color de la piel, no en el voto ciudadano. La minoría blanca no está dispuesta a “ampliar” en sentido alguno tal derecho despótico, apoyada además en sectores blancos pobres cuya única “propiedad” es ese color de piel que los separa de los indios. Mucho menos dispuesta está a redistribuir propiedad o riqueza.

* * *

La derecha boliviana, las viejas y no tan viejas élites, los dueños y señores de las tierras y las vidas, fueron derrotados por la inmensa revuelta indígena y popular que se inició con la guerra del agua en el año 2000, culminó con la rebelión de El Alto en octubre de 2003 y concluyó con el acceso de Evo Morales a la presidencia en enero de 2005. La nueva Constitución, aún sujeta a referéndum, y otras medidas del gobierno boliviano han sido pasos para consolidar al nuevo gobierno en el terreno jurídico, político y económico.

Este curso fue aprobado una vez más por la enorme mayoría del pueblo boliviano en el reférendum del 10 de agosto: 67 por ciento de los votos –es decir, más de dos tercios–, con puntas superiores a 85 por ciento en las comunidades del Altiplano. La minoría blanca dominante en la región oriental se ha sublevado y, con saña y ferocidad, desafía esos resultados electorales nacionales y amenaza secesión.

Esa minoría sabe bien que no se trata de meras “ampliaciones democráticas” sino de una revolución que cuestiona su poder y sus privilegios, el “entramado hereditario” de su mando despótico. Pues una revolución es uno de aquellos momentos culminantes en que el movimiento insurgente del pueblo toca las bases mismas de la dominación, trata de destruirla y alcanza a fracturar la línea divisoria por donde pasa esa dominación en la sociedad dada.

No se trata de la línea que separa a gobernantes y gobernados, cuestión política, sino de aquella que separa a dominantes y subalternos. El clásico nombre de revolución social se refiere a la subversión de esa dominación social y no solamente política o económica.

Esa línea divisoria es nítida y profunda en Bolivia. No es tan sólo una dominación de clase, que sí existe. Es sobre todo una dominación racial conformada desde la Colonia y confirmada en la República oligárquica desde 1825 en adelante.

En esa dominación, ser ciudadano de pleno derecho significa ser blanco o mestizo asimilado. Para llegar a ser ciudadano, un indio tiene que dejar de ser indio y reconocerse y ser reconocido como blanco; romper con su comunidad histórica concreta, la de los aymaras, los quechuas, los guaraníes u otra de las muchas comunidades indígenas bolivianas; y entrar como subordinado recién llegado a la comunidad abstracta de los ciudadanos de la República. No se espera que la República cambie y sea como es su pueblo. Se exige que ese pueblo cambie en sus hombres y sus mujeres, renuncie a su ser y su historia y sea como es la República de los blancos, los ricos, los letrados, los hispano-hablantes –donde, por lo demás, el imborrable color de su piel condenaría siempre a esas mujeres y hombres a una ciudadanía de segunda. Tal es la índole de esta dominación.

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La fuerza de la revolución en curso en Bolivia se sustenta en una antigua civilización, negada en las leyes pero que persiste en los idiomas, las costumbres, las creencias, las solidaridades y las comunidades, tanto rurales como urbanas. Los dominados de piel morena no fueron traídos de otras tierras. Estaban ahí antes, eran y siguen siendo la civilización originaria. El cineasta Jorge Sanginés, en una película inolvidable, la llamó “La nación clandestina”. Guillermo Bonfil la denominó aquí “México profundo: una civilización negada”. Siguiendo sus pasos, la nombré “una civilización subalterna” en mi libro Historia a contrapelo.

Clandestinas, negadas o subalternas, el entramado social y cultural de esas civilizaciones originarias aparece a la hora de organizar las revueltas y las rebeliones de sus herederos y portadores, porque esas rebeliones y revueltas son de raíz tan profunda como profunda es la dominación de matriz racial.

Aquella fuerza viene también del entramado hereditario de los dominados y subalternos que se sublevan para conquistar todos los derechos que esa República racial les niega o les recorta: la dignidad y el respeto, los espacios de libertad y de organización, los recursos naturales de su tierra, la educación, la salud, todo cuanto constituiría el entramado social de una República de iguales.

El antiguo lema republicano “libertad-igualdad-fraternidad” tiene en tales rebeliones su doble: “tierra–justicia-solidaridad”. Pues no hay en esas latitudes libertad sin reparto agrario, igualdad sin justicia para todos, ni fraternidad sin solidaridad interior de las múltiples comunidades y de la comunidad entera de esa nación de naciones que es Bolivia. No se trata sólo de un nuevo orden político y económico. Se trata de lo que en el contexto boliviano constituiría un nuevo orden social. De ahí la violencia bestial de las reacciones de los grupos privilegiados minoritarios y sus sicarios, como en Pando, en Santa Cruz, en Chuquisaca.

Toda Bolivia, y en especial la Bolivia indígena y popular que ganó abrumadoramente el referéndum, ha visto por televisión y ha escuchado por radio esa violencia asesina ejercida sobre sus hermanas y hermanos. Esas imágenes les han vuelto a mostrar, mejor que todos los discursos, lo que ya han conocido y vivido en carne propia y en la de sus padres y abuelos. Han podido ver en vivo y en colores la amenaza de regreso del pasado.

No lo permitirán. Tienen suficientes experiencia y organización para saber cómo responder a la violencia con la violencia si sus gobernantes, de quienes esperan pero a quienes también exigen, no paran y castigan a los criminales, única salida sensata y efectiva que podría derivar de las negociaciones en la presente relación entre las fuerzas enfrentadas.

* * *

La expulsión del embajador de Washington por conspirar con la derecha racista ha contribuido a poner a ésta en su lugar. Pero no la ha apaciguado. La reunión de presidentes sudamericanos en Santiago de Chile ha dado un respaldo al gobierno de Evo Morales y quitado ciertas esperanzas a los golpistas. Pero no los ha desarmado ni maniatado: tienen también sus aliados en esos países.

Sin embargo, no sólo los gobiernos juegan. En Bolivia las organizaciones indígenas y populares del oriente, del altiplano y de los valles están en movilización y algunas literalmente en pie de guerra. No parecen dispuestas a dejarse o a dejar la solución encerrada en la mesa de negociación entre el gobierno y los prefectos asesinos.

Un manifiesto del Gran Pueblo Chiquitano, de Oriente, decidió el 15 de septiembre que “han llegado a su límite de la tolerancia y hacen que el sentido de sobrevivencia y furia del Pueblo Chiquitano renazca para combatir a brazo partido por su Territorio, Dignidad y Autonomía Indígena”. En consecuencia, decide “ratificar nuestra consecuencia y lucha inquebrantable para defender los resultados del proceso constituyente, el cual ha recogido nuestras demandas históricas [...] ¡para que nunca más volvamos a ser esclavos ni sirvientes de los grupos de oligarcas y terratenientes de Santa Cruz!”; y “advertir a las Autoridades Cívicas y Prefecturales del departamento de Santa Cruz que los territorios indígenas titulados y en proceso de saneamiento son intocables, irreversibles e imprescriptibles”.

Un pronunciamiento de las Organizaciones Sociales del Oriente exigió el 17 de septiembre “al Parlamento y el Gobierno Nacional no tocar la nueva Constitución Política del Estado aprobada en Oruro el 9 de diciembre de 2007, sobre todo el capítulo de autonomías, puesto que allí se encuentran las principales demandas de más de 25 años de lucha reivindicativa. Nuestros caídos y nosotros, humillados y perseguidos, planteamos, marchamos y morimos por nuestra liberación y de todo el pueblo boliviano”.

Una denuncia de la Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz, el 17 de septiembre, dice: “Quienes asaltaron nuestras oficinas son mandados y pagados por los traficantes de tierras, latifundistas y esclavizadores de hermanos indígenas y por el Prefecto, Alcalde y Comités Cívicos, quienes se oponen a nuestra histórica demanda posicionada en la Nueva Constitución Política: las autonomías territoriales indígenas, sin subordinación a ningún nivel autonómico, que tiene carácter irrenunciable, pues es la base de nuestra liberación como pueblos”.

En este terreno, el de una revolución cuyos hacedores y protagonistas no están dispuestos a dejársela arrebatar ni a negociarla cualesquiera sean el costo y la violencia que los terratenientes y los racistas impongan, están los enfrentamientos en Bolivia. Tal vez la salida no sea inmediata. Pero, como en octubre de 2003, si aquéllos no ceden el desenlace por ellos buscado se resolverá en las calles y los campos. Es uno de los motivos de la alarma de los gobiernos de los países limítrofes.

¿Qué ha sido de los derechos humanos?

¿Qué ha sido de los derechos humanos?



Hay celebraciones que enrojecen. Con un quinto del planeta en condiciones de pobreza y padeciendo hambre se rinden homenajes al 60 aniversario de la declaración de la carta de los derechos humanos. En sí constituye un acto de cinismo. Con ello no quiero afirmar que es mejor que no existiera. Pudiera ser que en su momento quienes manifestaron la necesidad de crear un prototipo de ciudadanía política tenían en mente la Segunda Guerra Mundial y las consecuencias del Holocausto nazi.

La mala conciencia de un mundo que no quería verse reflejado en los campos de concentración, en la tortura o las cámaras de gas, llevó por el sendero de redactar un decálogo de la dignidad humana. El tribunal de Nuremberg sintetizó el camino que seguirá la redacción de la carta de los derechos humanos. Sin embargo, las buenas intenciones han quedado presas de la dinámica de un orden político, de un sistema de dominio y explotación donde es inviable ponerlos en práctica, ya sea en su vertiente social, política, cultural y económica. Es la gran paradoja. Derechos virtuales, no reales. Como señalaba Durkheim, trate usted de ejercer la libertad y será reprimido. Mutatis mutandi demande la práctica de los derechos humanos y terminará, en el mejor de los casos, acusado de alterar el orden, y si reincide pasará a la cárcel, considerado un antisistema, pudiendo sufrir torturas o considerado un problema, remitirle al exilio.

En el capitalismo, independientemente de sus formas, ninguno de sus enunciados se cumple. De realizarse entraría en un colapso, más allá de sus crisis internas. No puede generar trabajo, educación, vivienda o producir alimentos para todos los seres del planeta. Menos aún repartir la riqueza. En otras palabras, se torna inviable. No representa una alternativa para homo sapiens sapiens. El capitalismo es un orden represivo incapaz de evolucionar hacia una democracia donde vivir una vida digna. En otras palabras bloquea la libertad de realización: poder ejecutar y convertir en realidad aquello que hemos elegido y decidido. Este concepto de Luis Villoro identifica el límite de un régimen excluyente y concentrador de la riqueza en todos los órdenes, inclusive antes del nacimiento. En un estudio del Instituto de Investigaciones de Naciones Unidas para el Desarrollo Social y el Grupo de Investigaciones Agrarias sobre el hambre en las economías agroalimentarias de exportación realizado por Gonzalo Martner a fines de los años 80 se constataron algunas de las consecuencias del cambio de la dieta alimenticia en las futuras madres y en los futuros niños. “En el caso de los niños, los efectos a corto y largo plazos de la subalimentación son devastadores. No obstante la protección a la vida intrauterina, dichos efectos comienzan a manifestarse antes del nacimiento a raíz de la carencia de elementos nutritivos aportados por las madres insuficientemente alimentadas. Ello se traduce en aumentos de peso frecuentemente inferiores a los normales y por último en un peso insuficiente del niño desde el nacimiento, en trabas a la producción de leche materna y en efectos sobre la evolución cerebral: en el caso de la subalimentación de la madre el número de neuronas producidas hasta el séptimo mes disminuye, junto con las conexiones neuronales y a la mielinización de las neuronas, una de cuyas funciones es la transferencia de información… Cabe así subrayar que los daños cerebrales, cuyo carácter es irreparable, hacen imposible cualquier futura igualdad de oportunidades, se producen desde la concepción al tercer año de vida.”

Si el estudio se proyecta sobre el último informe de la FAO de 2008, donde se señala el aumento del hambre, de los precios de los alimentos y de mil millones de personas en condiciones de subalimentación en África, Asia y América Latina, estamos hablando de un retroceso de la condición humana. El primer derecho de igualdad y de libertad en el feto deja de cumplirse antes de nacer, a pesar de lo que dicen la iglesia y las asociaciones pro vida, tanto como las antiabortistas. ¿Dónde están los derechos humanos previos al nacimiento? Ahora están en manos de las trasnacionales de la soya y los agrocombustibles. Un quinto de los futuros habitantes del planeta tendrán inteligencia limitada. Clínicamente padecerán idiotez y, por ende, no podrán desplegar una vida digna. Son las consecuencias de la mielinización neuronal, apuntada por Martner. Hoy resultado voluntario de las políticas alimenticias diseñadas por los países dominantes y empresas como Monsanto. El uso de transgénicos, el alto costo de las semillas, el control monopólico de sus precios, por poner otro caso de violación de los derechos humanos, ha conllevado sólo en India al suicidio en un año, denunciado por el príncipe Carlos de Inglaterra, de 150 mil campesinos con raticida e insecticidas ante la imposibilidad de pagar las deudas con las financieras.

Los derechos humanos no son violados por estados o gobiernos en abstracto, lo son por banqueros, empresarios, militares, trasnacionales. Tienen nombres y apellidos. Ellos cuentan con el aval de los estados, los gobiernos y el Vaticano, quienes en nombre de la cruz y la espada, las libertades del mercado y de las leyes de la oferta y la demanda, asesinan a un quinto de la población mundial. Como ejemplo del cinismo del primer mundo, en medio de la recesión, grandes almacenes de Madrid han bajado sus precios, el resultado es óptimo. Más beneficios que en todo el año. El negocio es el negocio. El primer derecho humano: apoyar el consumo. Que otros se suiciden con insecticida es mera estadística. No resulta extraño que las encuestas en América Latina reflejen alarmantemente preferencias de ciudadanos por regímenes autoritarios con tal de tener seguridad y poder consumir. Orden y progreso. Para este viaje no hacen falta los derechos humanos.

Breves reflexiones sobre la revuelta en Atenas ----- Mike Davis

Breves reflexiones sobre la revuelta en Atenas



1. Pienso que nuestras sociedades están supersaturadas con rabia no reconocida, una que repentinamente puede cristalizar en torno a algún incidente aislado de abuso policiaco o de represión estatal. Aunque las semillas de la revuelta se han sembrado flagrantemente, la sociedad burguesa casi no reconoce que es su propia cosecha.

En Los Ángeles en 1992, por ejemplo, cada adolescente en las calles (o para el caso todo policía de turno, a pie) supo que venía el Armagedón. Las ensanchadas líneas de quiebre entre la juventud de las barriadas y el gobierno de la ciudad debieron haber sido visibles hasta para el más ingenuo de los observadores: arrestos masivos semanales, innumerables tiroteos de policías contra chavales desarmados, una indiscriminada caracterización de los jóvenes de color como gángsters, unos injuriantes dobles criterios de justicia, y así por el estilo. No obstante, cuando ocurrió la erupción, en la ola del veredicto de la corte que exoneraba al policía que casi había matado a Rodney King a golpes, las elites políticas y de los medios reaccionaron como si alguna fuerza secreta, impredecible, se hubiera desatado desde las profundidades de la Tierra.

Subsecuentemente, los medios (que sobrevolaban en helicópteros casi todos) intentaron manejar la percepción mundial del motín mediante la simplificación y el estereotipamiento drásticos: las pandillas de negros estaban en las calles incendiando y saqueando. De hecho, el veredicto en torno al caso Rodney King se volvió el núcleo respecto del cual diversos agravios se aglutinaron. De los miles arrestados pocos eran en realidad los miembros de pandillas y únicamente un tercio era siquiera afroestadunidense. La mayoría eran inmigrantes pobres o sus hijos, que fueron arrestados por robar pañales, zapatos y televisores de las tiendas locales. La economía de Los Ángeles estaba (aún está) en un profunda recesión y los barrios latinos pobres al oeste y al sur del centro de la ciudad fueron los más afectados, pero la prensa nunca había informado de su miseria existencial, así que casi se ignoró por completo la dimensión de “motín por pan” del levantamiento.

De modo semejante, en la Grecia actual, una atrocidad policiaca “normal” finalmente dispara un brote que se estereotipa como furia inexplicable y se culpa a los anarquistas de las sombras, cuando que, de hecho, “guerra civil de baja intensidad” es el término que mejor caracterizaría lo que desde hace mucho es la relación entre la policía y varios estratos de jóvenes.

2. No estoy calificado, en lo absoluto, para comentar la especificidad de las condiciones griegas, pero tengo la impresión de que hay importantes contrastes con la Francia de 2005. La segregación espacial de los jóvenes inmigrantes y pobres parece menos extrema que en París, pero las perspectivas de empleo para los muchachos pequeñoburgueses son considerablemente peores: la intersección de estas dos condiciones trae a las calles de Atenas a una coalición más diversa de estudiantes y jóvenes adultos desempleados. Más aún, heredan una continuada tradición de protesta y una cultura de la resistencia que es única en Europa.

3. ¿Qué demanda la juventud griega? Seguramente percibe con claridad implacable que la depresión mundial cancela las reformas tradicionales del sistema educativo y el mercado laboral. ¿Por qué habrían de tener fe alguna en la repetición seriada del Pasok (el Panellinio Sosialistiko Kinima o Movimiento Socialista Panelénico) y sus promesas rotas?

Pero sí, están ustedes en los cierto: ésta es una especie original de revuelta, prefigurada por los motines anteriores en Los Ángeles, Londres y París, pero que surge de un nuevo y más profundo entendimiento de que el futuro ya lo saquearon por adelantado. De hecho, ¿qué generación en la historia moderna (aparte de los hijos de la Europa de 1914) ha sido tan totalmente traicionada por los patriarcas?

Me angustia esta pregunta porque tengo cuatro hijos y aun el más joven entiende que su futuro puede ser radicalmente diferente que mi pasado. La cohorte de mi generación [los llamados bayboomers] le hereda a sus hijos una economía mundial rota, extremos de inequidad social que aturden, brutales guerras en las fronteras imperiales y un clima planetario fuera de control.

4. A Atenas se le mira ampliamente como la respuesta a la pregunta: “¿Y después de Seattle qué?” Recuerden las manifestaciones contra la OMC y la “batalla de Seattle” en 1999, que abrieron una nueva era de protestas no violentas y activismo de base; la tremenda popularidad de los Foros Sociales Mundiales; las demostraciones de protesta contra la invasión de Irak por Bush en 2003, que tenían la fuerza de millones de personas, y el amplio respaldo hacia los Acuerdos de Kyoto, todo esto auguraba una enorme esperanza de que un “mundo alterno” podía aún nacer.

Desde entonces, la guerra no ha terminado, las emisiones de gases con efecto invernadero aumentaron muchísimo y el movimiento del foro social ha languidecido. Un ciclo completo de protesta llegó a su fin justo en el momento en que estalló la caldera de Wall Street del capitalismo globalizado, y deja en su ola problemas más radicales y nuevas oportunidades para el radicalismo.

La revuelta en Atenas termina con la reciente sequía de rabia. Sus cuadros parecen tener muy poca tolerancia hacia las consignas esperanzadoras o las soluciones optimistas, lo que los distingue de las demandas utopistas de 1968 o el espíritu anhelante de 1999. Esta ausencia de demandas de reforma (y como tal, de cualquier manejo convencional de las protestas), por supuesto, es lo que es más escandaloso, no los cocteles molotov o las vitrinas rotas. No recuerda tanto a la izquierda estudiantil de los años 60 sino a las intransigentes revueltas del anarquismo de los descastados de Montmartre en la década de 1890 o del Barrio Chino de Barcelona a principios de la década de 1930.

Algunos activistas estadunidenses, por supuesto, consideran esto como la renovación de la protesta al estilo Seattle, con la cuota temporal de pasión mediterránea. Encaja con una idea de que “Obama-traerá-cambios”, en un paradigma de entendimiento que es una repetición de los movimientos de reforma política de los años 30 o los 60.

Pero otros jóvenes que conozco rechazan esta interpretación sacada de la manga. Se identifican a sí mismos (igual que los anarquistas de fin d’siecle) como una “generación condenada” y miran en las calles de Atenas la métrica apropiada de su propia rabia.

Hay el peligro, por supuesto, de sobrestimar la importancia de una erupción en un escenario nacional específico, pero el mundo se ha vuelto inflamable y Atenas es el primer chispazo.

Traducción: Ramón Vera Herrera.

....espacio para no olvidar ....

.... la memoria es, ya, una esperanza....

... Memorial de Agravios... para muestra, basta un espejo...

... civiles asesinados durante la guerra en irak ...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...
Foto de Pedro Valtierra