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Llamamos a todos y a todas no a soñar, sino a algo más simple y definitivo, los llamamos a despertar. - Sup Marcos (1/enero/1999)

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“Porque en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza que este mundo, triste mundo convertido en campo de concentración, contiene otro mundo posible. O sea, que el horror está embarazado de maravilla.” -Eduardo Galeano

miércoles, 22 de enero de 2014

A 20 años del EZLN

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Editorial para Zigma en la Política del 22 de enero de 2014
Pablo Reyna Esteves (@preynae)
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 “Reciba los saludos de las mujeres, hombres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”.  
Con ese saludo fui invitado a participar como estudiante en el curso de Primer Nivel de “La Libertad según los zapatistas”. La primera vuelta de la escuelita zapatista se llevó a cabo en agosto, en el contexto del décimo aniversario de los Caracoles zapatistas y del ejercicio de autogobierno civil y colectivo de las Juntas de Buen Gobierno.
La escuelita fue muy otra, como de por sí muy otra es la alternativa zapatista. El proceso de aprendizaje fue en realidad un comprometido y profundo compartir de su experiencia de vida, de su ser en comunidad. Fuimos invitados a conocer su lucha y resistencia desde la vida, palabra y trabajo de una familia zapatista. Yo fui recibido en una comunidad de los Altos de Chiapas, del municipio autónomo San Juan de la Libertad del Caracol 2 Resistencia y Rebeldía por la Humanidad de Oventic. Allí, junto con la joven familia que me recibió, y el votan – el guardián y tutor que nos asignaron para acompañarnos durante toda nuestra estancia en territorio zapatista – trabajé la milpa y el frijolar; aprendí a hacer pan con el colectivo de mujeres; conversé y escuché la dignidad de la vida en la resistencia. Además con mi votán discutí sobre los testimonios, análisis, autocríticas y potencialidades presentados en los cuatro libros que los propios zapatistas prepararon e imprimieron para que aprendiéramos sobre el Gobierno Autónomo, la Resistencia Autónoma y la Participación de las Mujeres en el Gobierno Autónomo.
Son demasiadas las cosas por resaltar de esa semana tan intensa.
Por ejemplo: la impresionante disciplina y logística para recibir a 1700 estudiantes de los cinco continentes del mundo; trasladarnos seguros a comunidades tzotziles, tzeltales, choles y tojolabales de los cinco Caracoles; hospedarnos, alimentarnos y animarnos en las casas de  1700 familias. Todo, el hospedaje, la alimentación, el traslado, todo fue gratuito para los estudiantes, producto del trabajo colectivo de las familias y comunidades zapatistas. Sí, pues, fue una escuelita diversa, laica, comunitaria y gratuita.
Un hilo común en las decenas de testimonios de zapatistas que escuché durante esos días es la autocrítica, sobre todo en la participación de la mujer en el proceso. No hay autocomplacencia en la experiencia zapatista. “Mucho falta por hacer, pero ya empezamos”.  No logro nombrar alguna otra organización o institución que estuviera en la disposición de abrirse de par en par, desde sus bases, ante 1700 estudiantes.
Fuimos miles de jóvenes, entre estudiantes, votanes y zapatistas, los que nos encontramos en esta escuelita. Muchos apenas y caminaban cuando el Ya Basta del 94. Sí, una especie de relevo generacional, pero también la expresión viva de nuevas formas de hacer política: horizontal, apartidista, anticapitalista, interconectada, sin modelos, ni recetas.
La escuelita zapatista nos demostró que Marcos es Marcos y que el EZLN es mucho más que Marcos. Los zapatistas son miles de familias en resistencia, que, a pesar de los gobiernos y ejércitos oficiales, decidieron construir con sus palabras y trabajo, sin pedir permiso, las condiciones para resarcir sus exigencias históricas: techo, tierra, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Los zapatistas son quienes, aún en los años de silencio de la Comandancia y de los voceros, todos los días están resistiendo y construyendo en sus milpas, escuelas, clínicas. El zapatismo son los pueblos y las comunidades construyendo su propia libertad. Una libertad hecha de trabajo, territorio, comunidad y dignidad.
 Una posdata. Mejor dicho, una confesión en forma de posdata.
Sin duda, la pregunta que más veces me han hecho es cómo habiendo estudiado ingeniería química llevo años acompañando procesos en comunidades indígenas. La palabra, ética y política zapatista junto con un viaje a Acteal, esa llaga abierta, me cambiaron la vida.
Una segunda posdata.
En voz de una mujer zapatista de por allá de por La Realidad reciban, también, los saludos de las mujeres, hombres, niños y ancianos del EZLN.
[AUDIO]


....espacio para no olvidar ....

.... la memoria es, ya, una esperanza....

... Memorial de Agravios... para muestra, basta un espejo...

... civiles asesinados durante la guerra en irak ...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...
Foto de Pedro Valtierra