No
podemos decir que no sabíamos. No podemos llamarnos a la sorpresa. Sabíamos,
sabemos que en muchas partes de este México que se cae a pedazos las
instituciones legales, eso que llamamos gobierno, están profundamente coludidas,
hasta las entrañas, con los poderes fácticos ilegales, eso que algunos llaman narcotráfico.
Sabíamos, sabemos que en ese lodazal opera cómoda y cínicamente la clase
política toda, de cualquier color e ideología. Sabíamos, sabemos que a nivel
local, allá en los municipios, las policías, las alcaldías son el eslabón más
débil, el terreno más fértil, para que los negocios ilegales florecezcan.
Sabíamos, sabemos del horror que esta guerra por el control y el mercado de la
droga ha ocasionado: cientos de miles de muertos, miles de desaparecidos, miles
de disueltos en ácido, miles de huérfanos, miles de madres deshijadas… miles,
miles, miles.
Sabíamos,
pero el horror, la atrocidad, de lo sucedido en Ayotzinapa, de la violencia
ejercida en la mayor de sus expresiones contra los jóvenes de la Escuela Normal
Rural Raúl Isidro Burgos de es innombrable. Es el horror total.
No
puedo, no alcanzo, no sé cómo nombrar esto, no sé si siento rabia, dolor,
indignación, luto. Es Tlatelolco. Es Acteal. Es San Fernando. Es Aguas Blancas.
Es Juanelo. Es Doña Mari. Es la Guardería ABC. Es México. Es el México que se
nos escurre de entre las manos y deja una mancha roja.
No
puedo, no alcanzo, no sé.
¿Quién?
¿Quién se beneficia de este horror? ¿A quién le convienen las ejecuciones
extrajudiciales, las desapariciones forzadas, las palabras vacías de que se
llegará hasta las últimas consecuencias? ¿Al grupo parapolicial que rafagueó y
se llevó a los jóvenes? ¿Al presidente municipal, que desde hace más de un año
estaba en un supuesto proceso judicial acusado de asesinar a un adversario
político, y que alcanzó a pedir licencia, despedirse y salir con su familia por
la puerta de atrás? ¿Conviene al gobierno federal tener un nuevo motivo para
colocar a otro virrey en un estado gobernado por un partido de oposición a unos
cuántos meses de las elecciones? ¿Conviene para la restauración totalitaria del
nuevo viejo PRI?
No
puedo, no alcanzo, no sé.
Y
sin embargo con tremenda dignidad y fuerza son ellas, las madres, las hermanas,
las abuelas, son ellos, los padres, los tíos, los hermanos de los jóvenes
normalistas quienes han convocado e impulsado a la sociedad toda. Han iniciado
la búsqueda. Han exigido que sean organizaciones de su confianza quienes hagan
las investigaciones, la búsqueda, la comunicación, porque no confían en el
gobierno, ese gobierno que se llevó a sus hijos.
Han
sido ellas, ellos quienes nos han convocado hoy a manifestarnos, en salir a la
calle, en una marcha nacional a la cuál desde acá me sumo a sus exigencias:
·
¡Presentación con vida de los
desaparecidos!
·
¡Castigo a los asesinos!
·
¡Apoyo total a Ayotzinapa y a
las Escuelas Normales Rurales de todo el país!