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Llamamos a todos y a todas no a soñar, sino a algo más simple y definitivo, los llamamos a despertar. - Sup Marcos (1/enero/1999)

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“Porque en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza que este mundo, triste mundo convertido en campo de concentración, contiene otro mundo posible. O sea, que el horror está embarazado de maravilla.” -Eduardo Galeano

lunes, 31 de diciembre de 2007

dos mil ocho = noventa y cuatro

me parece que el primero de enero del dos mil ocho tiene grandes semejanzas con aquel de hace catorce años, donde el “ya basta” nos despertó del sueño de opio del ingreso, con bombo y platillo, al primer mundo…. (confesión personal: en mi caso, el “ya basta” no me estremeció sino hasta años después. para lavarme las manos pudiera decir que en el noventa y cuatro tenía doce años y que los reyes magos aún llenaban mis zapatos con regalos en aquel enero. aunque tarde, justo es mencionar que aquella rebeldía es la que marcó mi camino y me ha hecho soñar y trabajar en la construcción de un mundo nuevo, éste sí justo.)

el noventa y cuatro marcó la puesta en marcha del tratado de libre comercio de norteamérica.

el dos mil ocho marca la ofensiva final del tratado de libre comercio al campo mexicano. los aranceles a los granos básicos se terminarán en el último minuto de esta noche vieja. como jugando escondidillas : “estén listos o no, ahí voy”, así las importaciones sin límites de maíz, frijol, azúcar, etc. cruzarán la frontera en contrasentido de nuestros campesinos.

durante el noventa y cuatro nadie veíamos –ni siquiera imaginábamos- la capacidad de organización de los olvidados pueblos indígenas. a nadie nos indignaban las terribles condiciones de vida (eufemismo para condiciones de muerte) a las que se les ha condenado.

en el dos mil ocho, nada ha cambiado en la condena de los pueblos indígenas. tampoco hemos aprendido a mirarlos, a respetarlos, a escucharlos… mucho menos a conocer su capacidad de organización. nadie volteó al territorio yaqui para escuchar el tejido de la diversidad de voces indígenas allí reunidas en octubre en el encuentro de pueblos indígenas de américa.

pero dos importantes diferencias hay entre ambas fechas: ahora el campesinado también tiene motivos de sobra para salir a las calles (y no precisamente a correr con sus maletas al ritmo de las doce campanadas) este primero de enero; y, la organización de los pueblos indígenas se ha fortalecido más allá de chiapas.

que no nos llame la extrañeza si -mientras nos comemos las uvas, escupimos sus semillas, abrazamos a los familiares, barremos la puerta de la casa hacia afuera, corremos con maletas hasta la esquina de la casa, aventamos lentejas, revisamos que nos hayamos puesto los calzones amarillos y rojos, todo esto antes de que la doceava campanada se vuelva silencio- miles de mexicanos indígenas y campesinos –con copales encendidos alumbrando su paso- bajan de sus montañas, salen de sus bosques y selvas, en silencio, de la mano de la niebla para gritarnos, una vez más:

¡¡YA BASTA!!

por cierto, aprovecho para desearles un año nuevo lleno de alegrías… que su camino encuentre salud, amor y trabajo…

pablo

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....espacio para no olvidar ....

.... la memoria es, ya, una esperanza....

... Memorial de Agravios... para muestra, basta un espejo...

... civiles asesinados durante la guerra en irak ...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...
Foto de Pedro Valtierra