28 de octubre de 2013.
Buenos días, compañeras.
Buenos días, compañeros.
Buenos días a las y los presentes y también a quienes nos
siguen por internet.
Agradezco la oportunidad que las organizadoras de este
evento me brindan para presentar y moderar la tercera sesión del Ciclo de
Conferencias Nuevos Paradigmas y
Universidad en el siglo XXI. El tema que hoy nos convoca es el DESARROLLO.
El desarrollo y la urgencia por pensar, entender, proponer y
construir alternativas frente al permanente estado de crisis en que nuestras
sociedades viven actualmente. Un estado de crisis que es, a la vez, causa y
efecto de abrumadoras concentraciones económicas y de poder en aquellos a los
que #OWS caracterizó como el 1%; de una lacerante pobreza en más de la mitad de
la población mundial; y, de una acelerada devastación ambiental.
Hace apenas un mes, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático,
el IPCC, ese espacio donde decenas de científicos discuten el cambio climático,
publicó su quinto reporte. En él se concluye que:
-
El cambio climático es innegable.
-
La concentración atmosférica de dióxido de
carbono, metano y óxido nitroso ha aumentado a niveles sin precedentes en los
últimos 800,000 años. ¡800,000!
-
La actividad humana, es decir, nosotros hemos
influido en este calentamiento con un 95% de certeza.
-
Contrarestar el cambio climático requiere una
decidida y substancial reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
(hasta aquí el IPCC).
Vivimos en un mundo, un sistema, en sociedades que van al
abismo y que, aferrados, como los republicanos en EUA, no levantamos el pie del
acelerador. Somos adictos al riesgo.
Los próximos treinta años serán clave para la subsistencia
humana en este planeta. ¿Dónde estaremos entonces? ¿Habremos hecho algo o
solamente lamentaremos no haber atendido todas las advertencias y evidencias? Treinta
años que empezaron ya y en los que cada cosa que hagamos o dejemos de hacer
tendán consecuencias.
Sirva esta seción del Ciclo
de Conferencias Nuevos Paradigmas y Universidad en el Siglo XXI para
hacernos preguntas y provocar acciones.
Sirva pues para que nos preguntemos y entendamos cómo es que
hemos llegado a estas crisis. ¿Son el desarrollo y el progreso responsables de
esta catástrofe o son la luz al final del túnel? ¿Es posible seguir en busca
del crecimiento económico infinito cuando vivimos en un mundo finito? Un solo
mundo finito. ¿Es a través del mercado, del libre mercado, que podremos hacer
frente al cambio climático? ¿O es el estado quien debe de guiar y controlar las
acciones? ¿Están los gobiernos, los mercados a la altura del reto? ¿Cuál es
nuestro papel como ciudadanos, no como consumidores, ni electores, sino como
ciudadanos del mundo frente a estas crisis?
¿Qué alternativas están ya sucediendo? ¿Es la tecnología la
que nos salvará? ¿Son los impuestos a las emisiones y el mercado de bonos los
incentivos corrector para reducir significativamente las emisiones? ¿Son las acciones
locales, comunitarias, autónomas de las que tenemos que aprender? Son los
conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas en relación con el mundo y
la naturaleza la fuente de esperanza?
¿Cómo Universidad, como Universidad Iberoamericana, con
nuestras filias y nuestras fobias, cuál es nuestra responsabilidad como
profundizadores de las crisis o como constructores de nuevos modos, de
paradigmas otros: socialmente justos, pacíficos, dignos y ambientalmente viables?
¿Aún, como Universidad, tenemos la capacidad de aprender o solamente somos
reproductores de un sistema y de modas cientificistas? ¿Tenemos la disposición ética
y política de actuar comprometidamente a la construcción de un mundo con paz,
justicia y dignidad?
Iniciemos, pues, esta larga jornada en que la Universidad
Iberoamericana honra con la presencia de cuatro conferencistas que aportaran
elementos para estas discusiones. Damos la bienvenida a Mathis Wakernaguel,
Víctor Manuel Toledo, James Quilligan y Gustavo Esteva. Bienvenidos. Welcome.
A lo largo de la mañana escucharemos sus cuatro conferencias
magistrales y por la tarde entablaremos un diálogo, todos juntos, en relación
al tema que nos convoca.
Iniciemos, pues.
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