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Mujeres
Editorial para Zigma en la Política del 5 de marzo de 2014
Pablo Reyna Esteves (@preynae)
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En marzo de 1911, 140
mujeres jóvenes murieron en un incendio mientras trabajaban en una fábrica en
Nueva York. Esta tragedia, tan parecida a aquella del 2010 en la que en
Culiacán, Sinaloa, 6 trabajadoras fallecieron mientras se incendiaba la tienda
Coppel en la que estaban encerradas con candados para que cumplieran el turno
nocturno, visibilizó las precarias condiciones laborales que llevaron al
desastre. Esa fecha es uno de los hechos fundacionales del Día de la Mujer.
Sirva pues, esta breve
editorial, para visibilizar y denunciar que:
Ernestina Ascencio,
mujer nahuatl de Zongolica, Veracruz falleció después de ser ultrajada por
militares en febrero de 2007. Las autoridades, empezando por Felipe Calderón,
entonces presidente de México, declararón que la anciana murió por una
gastritis mal atendida. Hace apenas unos días se hizo público que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos analiza la viabilidad de dar entrada a este
caso. Años antes, Inés Fernández y Valentina Rosendo, mujeres tlapanecas, fueron
violadas, también, por militares. Después de las sentencias emitidas por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, el estado mexicano se vio obligado a
procesar civilmente a 4 miembros de las fuerzas armadas. Sirva, pues, nombrar a
Ernestina, Inés y Valentina para denunciar que en los territorios militarizados
los feminicidios y los casos de violencia sexual por parte de las fuerzas
castrenses han aumentado desde el inicio de esta absurda guerra por el control
del mercado y la distribución de droga. No olvidemos que tanto en Atenco como en
Acteal exacerbaron las violencias sobre las mujeres, sobre su cuerpo, como si
fuera campo de batalla.
Nestora Salgado,
coordinadora de la Policía Comunitaria de la CRAC en Olinalá, Guerrero,
reiteradamente denunció los vínculos del gobierno local con el crimen
organizado. En agosto del año pasado, Nestora fue detenida por el ejército y la
marina y trasladada a un penal de máxima seguridad en Nayarit. Mientras en
Michoacán, el gobierno funciona como vocero y guardaespaldas de las
autodefensas, en Guerrero, éste sistemáticamente golpea a las policías
comunitarias Diversos centros de derechos humanos han denunciado las
irregularidades en su detención y exigen su liberación inmediata. Como Nestora,
hartas de los secuestros, asesinatos y el despojo de sus bosques, las mujeres
purépechas de Cherán, Michoacán encabezaron, en 2011, el levantamiento de
la comunidad, nuevamente, contra el crimen organizado solapado por las policías
y autoridades locales. Más al sur, y antes del 1 de enero del 94, las mujeres
zapatistas ya habían hecho una primera revolución en el EZLN y sus comunidades:
la promulgación de la Ley Revolucionaria de las Mujeres, con la que exigieron
públicamente sus derechos e impulsaron cambios profundos en las comunidades
zapatistas. Sirva, pues, nombrar a Nestora, las zapatistas y a las mujeres de
Cherán para reconocer que la emancipación de la humanidad pasa por la
emancipación de las mujeres.
A Yakiri Rubí Rubio no
la quieren libre. Yakiri fue sometida con un cuchillo y violada en un hotel de
la Ciudad de México. En el forcejeo, ella hirió a su atacante, quien posteriormente
falleció. Las instancias de “justicia” de la Ciudad de México la
declararon culpable de homicidio calificado. De víctima a victimaria en
un abrir y cerrar de ojos del Ministerio Público, del juez 68 de lo penal y del
propio procurador del DF Rodolfo Ríos. Después de un proceso largo, otro juez
admitió las pruebas de Yakiri y la ha clasificado el homicidio como uno con
“exceso de legítima defensa”. Hoy, después de 85 días presa, le han fincado una
fianza de 420,000 pesos para liberarla. Sirva, pues, nombrar a Yakiri y exigir
su libertad para visibilizar la impunidad en los crímenes sexuales contra las
mujeres, así como los fallos sistemáticos de las instituciones de justicia en
casos de violencia sexual. Yakiri primero fue violada por su atacante y
posteriormente por el sistema.
Así, pues,
nombrando a Inés, Valentina, Yakiri, Nestora, a las zapatistas, las mujeres de
Cherán, Atenco y Acteal, decido conmemorar este día de la mujer.
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