1.
Contra viento y marea, resistiendo embates del
propio estado, la Reforma Constitucional en Derechos Humanos, aquella que
reconoció que los tratados internacionales en la materia están en el mismo
rango que la Constitución, cumplió, hace unos días, 4 años.
2.
Y aún y cuando la reforma en derechos humanos
sigue vigente, el contexto nacional es para nada alentadora en términos de
derechos humanos.
3.
México está inmerso en una guerra:
desapariciones, crímenes de odio, tortura generalizada, ataque sistemático a
las personas migrantes, criminalización de la protesta y un largo largo
etcétera. Visto con los lentes de Ayotzinapa, es claro que la guerra no es
contra las drogas sino contra todas nosotras y todos nosotros.
4.
Hace dos años, en otra editorial, me preguntaba
si en el contexto de la Reforma en DDHH, la SCJN asumiría su papel en la
historia como freno o como potencial democrático? La designación de Medina Mora
como ministro de la corte es un golpe duro a la credibilidad de independencia
del órgano máximo de justicia de la nación.
5.
Frente a los informes que distintas
organizaciones de derechos humanos o la propia ONU han hecho sobre la situación
crítica de los derechos humanos en México, la respuesta del gobierno ha sido
descalificarles.
6.
El marco de los derechos humanos todavía no
permea en la sociedad en general. Para muchos, los derechos humanos son para
defender delincuentes. Para otros, incluyendo a la que se dice izquierda,
ciertos derechos humanos deben ser votados por las mayorías. La democracia no
está en las mayorías sino en los derechos.
7.
Y no es que este estado no funcione sino que
funciona muy bien. Desde hace años los estados han transformado su función, ya
no para garantizar el bienestar de los ciudadano, sino para garantizar que el
capital encuentre las condiciones de seguridad y control necesarios para sus
inversiones. Los estados funcionan como empleados de los bancos e
inversionistas.
8.
Es así como reforma estructural tras reforma
estructural se arrebatan derechos que se habían ganado mediante años de luchas
para el beneficio de una elite.
9. Y
allí hay una trampa. Al organizarnos para exigirle a este gobierno, a este
estado el reconocimiento y ejercicio de nuestros derechos, estamos cediendo
parte de nuestros poderes como colectivos, como comunidades.
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