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Llamamos a todos y a todas no a soñar, sino a algo más simple y definitivo, los llamamos a despertar. - Sup Marcos (1/enero/1999)

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“Porque en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza que este mundo, triste mundo convertido en campo de concentración, contiene otro mundo posible. O sea, que el horror está embarazado de maravilla.” -Eduardo Galeano

miércoles, 21 de mayo de 2014

¿Qué derecho nos arrebatarán el día de hoy?

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¿Qué derecho nos arrebatarán el día de hoy?
Editorial para Zigma en la Política del 21 de mayo de 2014
Pablo Reyna Esteves (@preynae)
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En México estamos presenciando una constante y sistemática pérdida de derechos. No solamente enfrentamos las consecuencias de una guerra cuyo objetivo de controlar los mercados ilegales de la droga se extiende día a día al resto de los territorios, derechos y ámbitos comunitarios y sociales de este país.  Una guerra, que si nos atenemos a las cifras presentadas  el día de ayer por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, tiene un saldo de 25,000 desaparecidos y 250,000 desalojados de sus lugares de origen en menos de 10 años. Esto equivale a 7 desaparecidos y alrededor de 70 desalojados cada día desde su inicio en 2005.
Por si esto fuera poco, el regreso del PRI a Los Pinos se ha caracterizado por mover a México a espaldas de la ciudadanía, desde cúpulas amuralladas a las que solamente tienen acceso aquellos dispuestos a pactar por México. Un gobierno que mira súbditos en aquellos a los que supuestamente representa; súbditos cuyo único papel y derecho es el de ver y callar la profundización de las desigualdades sociales y la concentración del poder y riquezas en una absoluta minoría. La simple posibilidad de que alguien pregunte, denuncie, difunda o se organice son para el estado lujos que no puede permitirse; amenazas de las cuales hay que defender al estado con control, censura, silenciamiento y seguridad.
En semanas recientes hemos presenciado cómo en distintas partes del país se han presentado iniciativas de ley que, por nuestra seguridad –así dicen ellos-, pretenden llevar a la ilegalidad la protesta social y el uso de los espacios públicos. En Quintana Roo, el Distrito Federal, Chiapas y Puebla ya han sido aprobadas las leyes que restringen el derecho a protestar. Las restricciones van desde el establecimiento de horarios, permisos, la prohibición para utilizar vialidades primarias hasta el uso de la fuerza pública para desalojar las manifestaciones y, como en Puebla, la posibilidad de utilizar fuerza letal. Los argumentos legales  se caracterizan por haber sido aprobados sin mayor discusión en los congresos y por el uso de un lenguaje vago y ambiguo para que discrecionalmente las autoridades, según el caso, decidan qué es y qué no una “perturbación de la paz y tranquilidad de la población” o cuándo una manifestación es “ilícita”, “un factor de riesgo", “violenta” o pone una amenaza a “la estabilidad” social.
Estas leyes no solamente restringen un derecho, además trasmiten un mensaje claro a los ciudadanos para inhibir cualquier participación social. ¿Por qué será que en Quintana Roo, Chiapas, Puebla y el Distrito Federal están tan interesados en que la ciudadanía se desmovilice? ¿Será acaso que Moreno Valle, gobernador de Puebla, ya se cansó de que la resistencia que comunidades han dado a su proyecto de gasoducto en la Sierra le sean una piedra en el zapato para su sueño de ser el primer candidato príista que el PAN postule a la presidencia? ¿Será que el güero no quiere más bloqueos carreteros en Chiapas que le impidan ser el guapo de Televisa para el 2018? ¿O será que están previendo que en sus ejercicios de gobierno impulsarán proyectos, de infraestructura, tal vez, que serán tajantemente rechazados por los ciudadanos?
Así las cosas. En México estamos perdiendo nuestros derechos. Al paso que vamos no es ocioso que cada mañana al despertar nos preguntemos qué otro derecho nos arrebatarán el día de hoy.


miércoles, 14 de mayo de 2014

Más notas sueltas sobre el 'Modelo Acteal'

El ataque paramilitar contra las bases de apoyo zapatistas del Caraol I de La Realidad opera de acuerdo al 'modelo Acteal'. ¿Qué implica el 'modelo Acteal'? Acá algunas notas sueltas para tratar de articular mi pensamiento.
1.       Es terrible leer Acteal como concepto de guerra paramilitar que implica el atizamiento de conflictos para atacar los procesos autonómicos.
2.       El ‘modelo Acteal’ utiliza los programas de asistencia social del gobierno para entrar a las comunidades y generar tensión entre las personas que deciden aceptar las ayudas y quienes las rechazan en pos de construir autónomamente su proceso. Lo que antes fue Solidaridad, hoy es Oportunidades.
3.       Los ‘conflictos intercomunitarios’ en el modelo Acteal implica que organizaciones respaldadas por alguno de los niveles del gobierno institucional inicien un conflicto, al parecer, menor para utilizarlo como pretexto que justifique la violencia directa contra algún proceso autonómico.
4.       El modelo Acteal también implica la difusión inmediata de que el ataque preparado no es un ataque sino un enfrentamiento. La difusión del ‘enfrentamiento’ levanta un cerco mediático que retarda la reacción solidaria y siembra la duda sobre la posible responsabilidad de la víctima.
5.       Los ataques en el ‘Modelo Acteal’ no sólo buscan agredir a una persona o grupo en específico, sino atacar los símbolos que éstas personas o grupos representan y enarbolan. En el ataque al Caracol I de la Realidad, los paramilitares destruyeron la escuela y la clínica autónoma, ambos pilares del proceso de construcción de autonomía zapatista. Además agredieron a un maestro del proceso de la escuelita zapatista; machetéandole la boca para acallarlo; baleándolo en el pecho y la cabeza para destrozar su sentir y pensar. En el ‘modelo Acteal’ asesinar no es suficiente, hay que destruir los símbolos de la resistencia.
6.       Los atacantes en el ‘Modelo Acteal’ pueden ser encarcelados, pero saben que a la larga serán liberados y el crimen quedará impune.
7.       El asesinato del compañero Galeano y el ataque al Caracol I es la punta de lanza, una agresión que espera la respuesta de los atacados y de quienes nos solidarizamos con ellos para planear el siguiente ataque.

8.       Es decir, no es casualidad, sino un proceso de ingeniería de conflictos impulsado desde alguno de los niveles del estado para fomentar acciones de guerra, de violencia, directa contra los procesos de construcción de autonomía.

domingo, 11 de mayo de 2014

Algunas notas sueltas sobre el ataque paramilitar a la Realidad y el asesinato del BAEZLN Galeano

Algunas notas sueltas sobre el ataque paramilitar a la Realidad y el asesinato del BAEZLN Galeano

  •     Es terrible leer Acteal como concepto de guerra paramilitar que implica el atizamiento de conflictos para atacar los procesos autonómicos. Los ‘conflictos intercomunitarios’ en el modelo acteal implica que organizaciones respaldadas por alguno de los niveles del gobierno institucional inicien un conflicto, al parecer, menor para utilizarlo como pretexto que justifique la violencia directa contra algún proceso autonómico. El modelo acteal también implica la difusión inmediata de que el ataque preparado no es un ataque sino un enfrentamiento. La difusión del ‘enfrentamiento’ retarda la reacción solidaria y siembra la duda sobre la posible responsabilidad del atacado.

  •       El ataque a los BAEZLN en el Caracol I sucedió hace casi una semana. Nuestra respuesta ha sido lenta. No sólo lenta, sino además ingenua. No logramos articular un análisis que dimensionara lo que la prensa llamó ‘enfrentamiento’. No supimos leer el peso del comunicado de la JBG, especialmente cuando menciona que llaman al CCRI a hacerse cargo de las investigaciones y de las decisiones que de allí se desprendieran. Nadie siquiera imaginamos que el EZLN suspendiera la compartición con el CNI, el homenaje a Villoro y su participación en el Seminario ‘Ética y despojo’. ¿Cómo articularnos de mejor manera para leer, prever cuando las condiciones de guerra se ciernen sobre los procesos autonómicos? ¿Cómo responder inmediatamente, con información veraz ante los ataques perpretados? ¿Cómo reaccionar ante esto? ¿Qué papel nos (me) toca en un momento de agresión como el sucedido? ¿Cómo es posible que tardemos más de una semana en sacar un comunicado de solidaridad, en encontrarnos para discutir, en enterarnos de lo que realmente sucedió? ¿Cómo?

  • El ataque paramilitar al Caracol I no es casualidad. No es casualidad como tampoco lo es la guerra en Michoacán, Juárez, Tamaulipas, Guerrero, Estado de México. No es un hecho aislado, pero no logro conectar los puntos que unen estos escenarios de la misma guerra, esa guerra que los propios zapatistas han llamado la Cuarta Guerra Mundial: la guerra contra todas y todos. La guerra contra la subsistencia autónoma. La guerra para organizar el despojo. ¿Cómo unimos los distintos frentes en un análisis crítico, contextual?

  • ¿Qué pensará Eduardo Galeano de que el nombre de lucha del compañero asesinado era Galeano? Recuerdo una carta que el sup Marcos envió a Galeano. En una de las posdatas le pide a Eduardo que si ve a Benedetti le diga que eso de Marcos, como nombre de lucha, quizá venga de El cumpleaños de Juan Ángel.

  • En el primer número de la Revista Rebeldía Zapatista (febrero 2014), el compañero Galeano dice:

“Para mí la escuelita vi que es muy importante, porque para mí es como un medio para que podamos comunicarnos con la gente de la ciudad, para que podamos compartir nuestras experiencias… por eso digo que es como un medio, porque es así como nostros pudimos compartir los avances que hemos tenido en la autonomía, y donde ellos mismos llegaron hasta estos territorios, llegaron con las familias a compartir, a aprender. (…)“Ellos pensaban que los zapatistas estaban en las montañas, así lo dicen ellos, nunca pensaron que los zapatistas somos de carne y hueso y somos seres como ellos, que estamos en las comunidades y que nos estamos organizando.“A nivel un poco general, lo que pudimos ver de los alumnos que llegaron, para mí sí es un gran valor que le doy a esas personas que se mostraron interesados en venir a aprender de nosotros. Aparte ellos en sus preguntas, en sus comentarios expresaban que de alguna manera ellos están explotados, que ellos también sufrían lo que sufrimos los indígenas. Lo más grande es que ellos mismos decían que tenemos un enemigo en común que es el neoliberalismo y que solamente unidos podremos derrotarlo.”

miércoles, 7 de mayo de 2014

¿Cuántos Atencos más, EPN?

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¿Cuántos Atencos más, EPN?
Editorial para Zigma en la Política del 07 de mayo de 2014
Pablo Reyna Esteves (@preynae)
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Cada mañana, después de prepararme un café, suelo hojear los periódicos. En las más recientes semanas, esta rutina me ha dejado un sabor de boca de insuficiencia. La velocidad con la que los encabezados saltan de las autodefensas, a las propuestas de leyes secundarias en temas energéticos, políticos o de telecomunicaciones; de las preguntas que despliega Cuarón, a  la captura o el abatimiento de algún empresario de los mercados ilegales de la droga; del asesinato de otro compañero periodista o defensor de los derechos humanos, a lo moches, casinos y el sinfín de casos impunes de corrupción; de la violencia contra los hermanos migrantes al Plan Nacional de Infraestructura; de la muerte de García Márquez al asesinato de un votán de la escuelita zapatista… Todo, todo sucediendo al mismo tiempo y yo sintiendo que habría que unir los puntos, que habría que dejar de pensar en que cada encabezado es un evento aislado, que habría que tratar leer lo que la prensa –intencionalmente o no- calla.
Son ya 13 años desde que el presidente en turno expropió sus tierras a 7 pesos el metro cuadrado. Sí, a menos de lo que cuesta un metro de jerga. Son ya 8 años desde que el presidente, el gobernador y el municipal en turno, ordenaron la represión, tortura, violencia sexual, criminalización y encarcelamiento contra su pueblo, su organización y quienes se solidarizaban con ellos. Son ya casi cuatro años desde que la SCJN ordenó la liberación de sus líderes más visibles porque fueron acusados bajo premisas falsas. Este mismo fin de semana serán dos años desde que en esta universidad, la Ibero, muchas, muchos gritamos que Atenco no se olvida.
Creo que pensar Atenco nos puede ayudar a unir los fragmentos de este nuestro México roto.
Pensar Atenco visibiliza la creciente tensión entre lo que algunos llaman proyectos de desarrollo, inversión o infraestructura y la vida comunitaria y territorial de miles de pueblos en México. Una tensión acrecentada por el interés económico que privilegia las tasas de retorno por encima de los derechos humanos. Habría que recordar que, como en Atenco, el estado es capaz de reprimir y criminalizar cuando éste anuncia una inversión sin precedentes para impulsar, por ejemplo, su Plan Nacional de Infraestructura o su Reforma Energética.
Pensemos Atenco cuando el Relator Especial de las Naciones Unidas, Juan Méndez, califica como generalizada la práctica de la tortura en México. Recordemos que en Atenco las policías no solamente asesinaron a dos jóvenes, sino que ejercieron tortura sexual -vejaciones y violaciones- contra 47 mujeres, extendiendo la violencia y represión hasta el mismo cuerpo femenino.
Pensar Atenco nos recuerda el papel de los medios de comunicación en la criminalización de la organización social y comunitaria.
Pensar Atenco evidencia la impunidad absoluta de quienes desde alguna institución del estado violan los derechos humanos de la ciudadanía. Por ejemplo, y evito la referencia a quien en 2006 era gobernador del estado de México, pero nombro a Ardelio Vargas Fosado, responsable del operativo en Atenco, quien hoy funge como Comisionado del Instituto Nacional de Migración. Sí, el mismo que la semana pasada coordinó la detención de cientos de migrantes en Tabasco, operativo donde, además, fueron golpeados tres destacados defensores de los derechos humanos de los migrantes.
Atenco nos hace pensar que la guerra que vivimos en México no es solamente por el control de los territorios, trasiego y mercado de drogas, sino contra toda forma de vida comunitaria que pueda resistir a los planes del gobierno, esos planes que antes se concentraban bajo el nombre de Plan Puebla Panamá y hoy son las líneas que unen las reformas estructurales, los planes de infraestructura con la guerra que padecemos.
Hace dos años, aquí en la Ibero, antes de rechazar una entrevista en esta misma cabina, Enrique Peña Nieto asumió plena responsabilidad por lo sucedido en Atenco. ¿Cuántos Atencos más estará dispuesto a asumir durante su presidencia? Mi pronóstico es que no serán pocos.




....espacio para no olvidar ....

.... la memoria es, ya, una esperanza....

... Memorial de Agravios... para muestra, basta un espejo...

... civiles asesinados durante la guerra en irak ...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...

... por ustedes rebeldes, rebeldes seremos...
Foto de Pedro Valtierra